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Abu Simbel

Publicado por A. Cerra
Abu Simbel

Abu Simbel

Es una construcción relativamente extraña dentro de la arquitectura egipcia. Se construyó en Nubia, al sur de los dominios faraónicos, y se realizó por medio de excavaciones en la roca.

Se trata de un templo conmemorativo impulsado por el faraón Ramsés II, el cual tuvo un reinado sumamente largo durante el periodo del Imperio Nuevo. Y con él se llegaron a celebrar nueve ceremonias de jubileo. Y durante el primero de estos jubileos se construyó Abu Simbel.

Estas celebraciones periódicas consistían en rememorar la muerte simbólica del faraón, el término de una fase de su reinado y el inicio de un nuevo periodo, con lo cual se hacía mención a su capacidad para renovarse y gobernar bien el país, renovando las energías del gobernante y de sus gobernados. De este modo, teniendo en cuenta el dilatado reinado de Ramsés II, nos han llegado varios templos con este motivo de construcción. Si bien, el más famoso y espectacular de todos ellos es el de Abu Simbel.

Para su construcción se tenía en cuenta muchos factores astronómicos. De hecho se tuvo en cuenta que en los dos equinoccios del año, a la salida del sol, los primeros rayos penetraran en el eje longitudinal del templo y servían para iluminar una enorme escultura de Ramsés II.

El templo en origen tendría una zona en contacto con el río Nilo, y tendría su propio embarcadero. Desde él se llega a una explanada en la que se descubre lo más afamado del templo de Abu Simbel: su fachada tallada en la roca. Allí se ven cuatro colosos de más de veinte metros de altura que representan al faraón sedente, en cuya representación no puede falta la barba postiza, símbolo de la realeza. Y a los pies de los colosos y a sus lados se ven otras figuras menores que serían los parientes del faraón.

Y en el centro se abre una puerta sobre la cual se representa al dios Horus, con su cabeza de halcón y el disco solar sobre ellas. Esta puerta da paso y comunica con la primera sala hipóstila con pilares a los lados que delante tiene la esfinge del mismo faraón. Aquí se ven diferentes imágenes de varios objetos propios de la realeza y también escenas de carácter osiriaco, en las que se ven cuerpos inertes y envueltos en un lienzo, lo cual vincula al templo con los ritos funerarios egipcios. Y en la cubierta y en los pilares cuadrangulares se distinguen motivos inscritos que representan la batalla de Kadesh, igual que ocurre en otros templos de la época como los de Karnak, Luxor o Agydos.

Tras esto, el conjunto se continúa con una nueva sala hipóstila y varias capillas donde nuevamente se ven grandes esculturas, en este caso de Ramsés II, de Amon y de Path. Aludiendo con ello a la regeneración. Como es habitual en la arquitectura egipcia, conforme se avanza en el interior de los templos, los espacios cada vez son menores, más aún aquí teniendo en cuenta la monumentalidad de la fachada. Y es que lo más importante era la impresión que causaba desde un principio el edificio.