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Arte Prerrománico. Mozárabe

Publicado por Chus

san-miguel-de-escalada.jpgEl término mozárabe en sentido estricto, se aplica a las poblaciones cristianas que permanecieron en territorio musulmán tras su conquista de la península Ibérica. Aunque mantuvieron su religión, poco a poco se fueron imbuyendo de diversos elementos culturales de Al- Andalus. Durante los primeros momentos los mozárabes gozaron de tolerancia oficial, pues los vencedores les permitieron conservar sus creencias y sus iglesias. La mayor parte de la población de las principales ciudades, como Toledo, Granada y Córdoba, era mozárabe, pero han quedado pocas muestras de sus realizaciones artísticas en el interior del dominio político del califato. Desde comienzos del s. IX, tras numerosas revueltas, los mozárabes perdieron el favor de que se habían beneficiado hasta entonces. Empezó así la emigración hacia los territorios cristianos del norte, favorecida por la política repobladora de los reyes cristianos, introduciendo en ellos formas como el arco de herradura y el modillón de rollos entre otros.

La arquitectura mozárabe o de repoblación, se presenta bajo el doble aspecto de sus relaciones con la liturgia hispana y de sus contactos con el arte musulmán de Al Andalus. Al primer aspecto pertenece la división del espacio interior, y al segundo la aparición de ábsides muy cerrados, los arcos de herradura, el uso del alfiz (enmarcamiento rectangular del arco), los modillones de rollos (típicos de la arquitectura omeya), etc. Coexisten dos tipos de planta, la basilical (San Miguel de Escalada) y la que combina la basilical con la cruciforme (San Miguel de Celanova).

Tan solo una sola iglesia puede atribuirse claramente al estilo mozárabe dentro del territorio islámico, la iglesia de Bobastro (Málaga). Consta de una planta basilical de tres naves rematadas en tres ábsides y con arcos interiores de herradura.

En los territorios del reino de León, se encuentran los ejemplos más numerosos y que presentan sus características peculiares. Entre ellas citaremos la utilización como materiales constructivos de ladrillo y piedra trabajada tanto en mampostería como en sillares; las columnas monolíticas con capitel corintio semejante al visigodo y con decoración de sogueado en el collarino; el pilar compuesto contrarrestado por contrafuertes; el arco de herradura, tanto el visigodo como el musulmán ( más cerrado y con alfiz); la bóveda de cañón; las cúpulas, de gallones, de nervios y vaídas; la concepción del espacio interior es compartimentada, una serie de cámaras de planta cuadrada o rectangular con abovedamientos propios, ya que los espacios breves fuerzan la vista hacia arriba, con lo que se da valor constructivo y decorativo a las cubiertas; la luz influye en la sensación de fragmentación, ya que los huecos son escasos y generalmente se sitúan en la parte superior, siendo el espacio más iluminado el centro del crucero donde se sitúa el cimborrio; el exterior presenta una forma cerrada, de volúmenes rectos, masas cúbicas, con un elemento dominante, el cimborrio; no hay una fachada principal y los aleros y cornisas tiene un vuelo pronunciado gracias a salientes modillones de rollos de origen musulmán, aunque decorados con rosetas y otros motivos de talla a bisel de origen visigodo.

San Miguel de Escalada se terminó en el 913. Se trata de un edificio de tres naves, la central más ancha que las laterales, con transepto y tres ábsides de planta de herradura, cerrado completamente en un rectángulo exterior. Tiene columnas para separar las naves, las ventanas de la nave principal iluminan directamente el edificio, al ser ésta más alta que las laterales. En el sur, una galería cubierta con arcos de herradura desempeña el papel de pórtico. San Cebrián de Mazote (Valladolid) es un edificio de tres naves y un transepto con brazos terminados en forma semicircular, que con el ábside principal le dan una forma trilobulada. La cabecera posee dos pequeñas capillas rectangulares con bóvedas de arista, una a cada lado del ábside central. San Miguel de Celanova tiene una estructura en la que destaca la cúpula que se levanta sobre un cuadrado central y ábsides en los extremos de la nave.