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Capilla Real Granada

Publicado por Laura Prieto Fernández

Si bien es cierto que en España las capillas funerarias tienen una larguísima tradición, ninguna construcción de estas características parece tan destacada como la famosa Capilla Real levantada por orden de los Reyes Católicos en las inmediaciones de la Catedral de Granada. La construcción debía albergar los enterramientos de Isabel de Castilla, Fernando de Aragón, la hija de éstos conocida como Juana la Loca, su marido, el también monarca Felipe el Hermoso y el príncipe de Asturias Don Miguel.

El 13 de Septiembre de 1504 se hizo pública la cédula por la que los Reyes Católicos escogían la ciudad de Ganada como lugar de enterramiento. Sin lugar a dudas, la elección no fue en absoluto gratuita ya que Granada había resistido durante largo tiempo como el último núcleo del dominio musulmán en la Península Ibéricas; los reyes de esta manera trataban de afianzar aún más su poder en la ciudad andaluza. El lugar escogido para levantar la capilla eran las inmediaciones de la Catedral de Granada, de hecho la famosa edificación tan sólo presenta una fachada exterior ya que las otras tres son compartidas con la Catedral, la lonja y la sacristía del templo.

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La obra fue realizada en 1505 y 1517 en estilo gótico isabelino, una variante del estilo gótico que combina la sobriedad constructiva con la multiplicidad de formas decorativas de estilo flamígero. Las obras fueron encomendadas a Enrique Egas (1455 – 1534) y posteriormente también intervinieron en la construcción Gil de Hontañón, Juan de Badajoz e incluso Lorenzo Vázquez. El pequeño templo fue dedicado a los santos Juanes, San Juan Evangelista y San Juan Bautista.

La capilla se abre como un espacio rectangular con cabecera ochavada y el coro situado en un segundo nivel a los pies del edificio. A ambos lados del altar mayor se abrían dos pequeñas capillas dedicadas a San Miguel y Santa Apolonia. De la misma manera los potentes contrafuertes que sirven de sustento al muro de la nave crean una división de espacios con capillas laterales. En el centro del crucero se encuentran los sepulcros que Facelli realizó de los Reyes Católicos y Bartolomé Ordoñez de la reina Juana y Felipe el Hermoso; bajo este espacio la cripta real alberga los auténticos ataúdes de los monarcas realizados en plomo e identificados con la inicial de cada uno de los difuntos.

Especial mención merece el retablo mayor de la capilla, uno de los más preciosista y afamados de su época que fue realizado por el artista borgoñés Felipe Bigarny. La obra es posterior al resto del conjunto y según las fuentes documentales éste fue encargo del monarca Carlos I de España con el fin de dignificar aún más la capilla donde descansaban los restos mortales de sus padres y sus abuelos. Se trata de una gran pieza realizada en madera dorada y policromada que se configura a través de un sotobanco, banco, un cuerpo principal con cinco calles y por último el ático. La iconografía del conjunto parece girar en torno a la figura de Jesucristo.