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Catedral Valladolid

Publicado por Laura Prieto Fernández

La catedral de Valladolid dedicada a Nuestra Señora de la Asunción es una de las construcciones más destacadas de la estética renacentista en España pero además es una de esas arquitecturas en las que mejores se aprecia la confluencia de estilos y estéticas. El edificio que podemos observar en la actualidad es algo menos del cuarenta por ciento del proyecto original, un proyecto promovido por el monarca de la casa de los Austrias Felipe II, quien emprendió en Valladolid su último y más ambicioso propósito, la construcción de la Catedral más grande de Europa.

No obstante a historia de la catedral se remonta mucho más atrás en el tiempo, desde mediados del siglo XI, la villa de Valladolid comenzó a adquirir importancia en detrimento de otras localidades vecinas como Olmedo o Simancas. Fue entonces cuando se decidió levantar una colegiata de estilo románico que pronto fue sustituida por un segundo templo de mayores dimensiones que el primero. Paulatinamente la ciudad fue adquiriendo cada vez más poder y relevancia en la corona de Castilla y en el primer cuarto del siglo XVI la ciudad ya estaba en posición de competir con urbes tan destacadas para la época como Salamanca. Quizás fuese precisamente la construcción de la Catedral Nueva en la ciudad charra lo que llevó al Cabildo de Valladolid a plantear la construcción de una y más grande colegiata, la tercera para la ciudad.

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Para tal proyecto fueron convocados algunos de los arquitectos más insignes de la época y finalmente fue Rodrigo Gil de Hontañón quién se hizo cargo de la construcción. El arquitecto planteó unas trazas similares a la Catedral de Segovia pero los continuos problemas económicos hicieron que a su muerte, en el año 1577 las obras apenas hubieran pasado de la cimentación. Fue entonces cuando el Cabildo de la ciudad decidió de las obras no debían de salir de nuevo a concurso sino que éstas fueron adjudicadas directamente a Juan de Herrera que por su prestigio en la construcción de El Monasterio del Escorial ya estaba considerado como una de las personalidades arquitectónicas de su tiempo.

Herrera respetó el eje Norte Sur que había planteado su predecesor así como algunas de las dependencias románicas de la antigua colegiata en la aún se estaba celebrando el santo oficio. Juan de Herrera planteó un edificio de tres naves con crucero marcado en planta y situado en el cuarto tramo del cuerpo de naves. La nave central es más ancha y alta que las laterales permitiendo así la iluminación del conjunto catedralicio.

La nave principal se separa de las laterales a través de grandes arcadas de medio punto que se apoyan sobre pilares decorados con columnillas corintias. Por su parte en las naves laterales se han abierto capillas hornacinas que invitan al recogimiento, siguiendo de esta manera los dictados de la Contrarreforma. Pero en las trazas diseñadas por el arquitecto se pueden observar elementos clasicistas de la tradición renacentista a la vez que formas innovadoras del manierismo; incluso a día de hoy, en la Catedral de Valladolid se pueden observar elementos decorativos barrocos como parte de añadidos posteriores.