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Edificios públicos romanos

Publicado por Chus

termas-caracalla.jpgLa civilización romana daba una especial importancia a los edificios públicos, ya que los individuos que la conformaban eran ciudadanos de Roma, individuos con una serie de derechos recogidos por la ley y, una conciencia de tenerlos. Para cumplir una serie de servicios destinados a esos ciudadanos, se crearon una serie de edificaciones públicas, de tipología y funciones variadas, entre las que destacan las basílicas y las termas.

Las Basílicas romanas

Eran edificios inspirados en el “Bouleuterion” griego, y su diseño respondía a múltiples funciones, ya que servían tanto como sala de reuniones, tribunales de justicia, salones de administración o una especie de “bolsas” en la que los comerciantes hacían negocios.

Su planta era rectangular, normalmente de tres naves longitudinales separadas por columnas, siendo la central más alta que las laterales, para poder iluminarla directamente, a través de las ventanas abiertas en su muro, en la diferencia de altura con las laterales. La pared del fondo solía tener forma semicircular, lo que se conoce como ábside. De las basílicas romanas quedan restos de la conocida como “Basílica de Majencio” del siglo IV después de Cristo, rematada en época de Constantino. Responde al esquema tradicional de basílica, con una planta de tres naves divididas en tres tramos. Los tres de la nave principal aparecen cubiertos por bóvedas de arista, mientras que los de las naves laterales se cubren por bóvedas de cañón que contrarrestan los empujes de las de arista y se apoyan en enormes contrafuertes.

La concepción del espacio sigue un claro eje longitudinal en la nave central, señalado por el muro semicircular que remata el muro occidental. Esta es la tipología que los cristianos, una vez legalizada su situación en el Imperio tras el Edicto de Milán, adoptarán para sus lugares de reunión y culto, solamente cambiarán la simbología del lugar, para adaptarla a sus necesidades litúrgicas.

Las Termas o baños públicos

Fueron una adaptación de los gimnasios griegos a un nuevo sistema de calefacción, consistente en un doble suelo por el que corría aire caliente procedente de un cuarto con un gran horno. Constaban de una serie de estancias características: “caldarium” o piscina de agua caliente, “frigidarium” o piscina de agua fría, “tepidarium” o estancia de relax, vestuario, etc.

Cumplían una importante función social, no solo porque servían para la higiene de los que no podían tener un baño en casa, sino por ser centro de reunión, sala de ejercicios, biblioteca, etc. Entre los restos conservados actualmente destacan las Termas de Caracalla en Roma, del siglo tercero después de Cristo. Eran unas gigantescas instalaciones en las que parece ser que cabían unas mil personas, que constaban de las diversas partes enumeradas más arriba. Al ser un tipo de edificio concebido como lugar de esparcimiento, no estaba sometido a las rígidas normas constructivas de otro tipo de edificios de tradición anterior, como los templos por ejemplo, por lo que los arquitectos pudieron usar más libremente los diferentes elementos arquitectónicos, como las bóvedas que constituyen la base de las cubiertas de las diferentes salas. Se decoraban con pintura al fresco y mosaicos. De hecho auún quedan algunos restos de mosaicos en el suelo.