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«El Anfiteatro de Itálica»

Publicado por Soledad Jiménez

Anfiteatro de Italica, siglo I d.CEl anfiteatro de Itálica, siglo I d.C, Santiponce (Sevilla); Arquitectura romana civil lúdica.

La historia Romana se puede dividir en tres grandes etapas desde el punto de vista político, encontrándonos así con un sistema de gobierno basado en la Monarquía (siglo VIII a.C. – siglo VI a.C.); la República (siglo VI a.C – siglo I a.C.); el Imperio (siglo I a.C – siglo V d.C.) siendo a este último periodo al que corresponde la construcción de la obra que nos disponemos a comentar.

Hemos de tener en cuenta que el arte romano es eminentemente urbano, donde la ciudad adopta un papel fundamental como centro de la vida pública y como eje de la actividad comercial. Los edificios romanos poseen un marcado sentido práctico y utilitario, por esta razón en las ciudades romanas adquieren gran importancia los edificios públicos.

A la población se le ofrecían una serie de actividades lúdicas para las que se edificaron grandes construcciones en las que albergar a numerosos espectadores, construyéndose edificios específicos para cada una de las diferentes prácticas lúdicas y de esparcimiento de las masas, aparecen pues los teatros, los circos y los anfiteatros.

El esquema de la ciudad romana se repite a lo largo de todo el Imperio, así en Itálica encontramos uno de los mejores ejemplos de anfiteatro.

El anfiteatro de Itálica, al igual que cualquiera de estas construcciones, estaba destinado a albergar espectáculos de lucha, bien con gladiadores, animales, simulaciones de batallas o batallas navales.

En la imagen podemos ver claramente la organización de un anfiteatro. Podemos observar un edificio de planta ovalada, resultado de unir dos teatros; en cuyo centro se encuentra la arena, zona destinada a las luchas, además en la fotografía se aprecia la peculiaridad que presenta este anfiteatro con respecto a la mayoría de sus homónimos, pues en la zona de la arena quedan restos de lo que antaño fue la fossa bestiaria, zona subterránea que aparece sólo en contados casos y destinada a albergar las jaulas de los animales y otras dependencias, el subterráneo quedaba cubierto por vidas de madera sobre la que se extendía la arena de batalla. La zona de la arena se rodea de la cavea, que es la zona del graderío en donde se acomodaba el público. Las gradas apoyan sobre un macizo de hormigón en cuyo interior se abren diferentes corredores que permiten la entrada y salida de los espectadores al recinto, son los vomitorios.

En su estado original el edificio estaba cubierto de placas de mármol y piedra de Tarifa, de las cuales apenas quedan leves testigos de su existencia.

A diferencia de las construcciones griegas, las romanas no se excavan en el terreno, sino que se levantan en altura.

En España, además de este anfiteatro se conservan otros importantes ejemplos como el anfiteatro de Emerita Augusta (Mérida) o Tarraco (Tarragona) entre otros.