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Templo Afaia en Egina

Publicado por Laura Prieto Fernández

El templo de Afaya en la isla de Egina es una de las mejores muestras de arquitectura clásica que han llegado hasta nuestros días, junto con el Partenón y el templo de Sunión forma parte de la gran triada de arquitectura clasicista indispensable para el conocimiento de la arquitectura helénica.

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Según las fuentes clásicas el templo estaría dedicado a la divinidad de Afaya, una diosa local de Egina que algunos identifican con la Atenea clásica. Según Pausanias Afaya sería la hermanastra de Apolo cuya belleza era tan grande que se veía continuamente asolada por los hombres de toda la región; su desesperación la llevó a arrojarse al mar pero fue rescatada por las redes de unos pescadores. Apiadándose de ella Britomartis la convirtió en invisible de ahí su nombre ya que Afaya significa La invisible. Parece ser que el templo de Afaya sería levantado en el mismo lugar donde se pudo ver a la joven por última vez antes de hacerse invisible.

El edificio dataría de entre los siglo VI y V a.C. por lo que podemos situarlo en un periodo de transición entre el arte arcaico y la arquitectura clasicista. Se encuentra ubicado en una pequeña elevación donde se han encontrado otros restos de edificaciones así como pequeños tributos o esculturas femeninas asociadas a antiguas divinidades femeninas. En este mismo lugar se han hallado restos de edificios anteriores pero sin lugar a dudas el más grandioso de todos ellos fue el dedicado a Afaya, tanto es así que durante mucho tiempo se pensó que un templo tan glorioso sólo podía levantarse en honor a Zeus y no a una diosa menor.

Nos encontramos ante un edificio realizado en piedra de toba calcárea y que sigue los cánones marcados por el estilo dórico. La construcción se eleva sobre una plataforma escalonada, la krepis, y está rodeado por columnas dóricas de manera que se trata de un templo períptero y hexástilo. Sobre las columnas arrancaba un arquitrabe y posteriormente un entablamento formado por triglifos y metopas que ha sido restaurado en la zona norte y este del templo.

En el interior, la construcción presenta una naos divida en tres naves diferentes a través de columnas superpuestas; este espacio albergaba una inmensa escultura crisoelefantina de la diosa que hoy ha desaparecido. Precediendo a la naos o cella se encontraba la pronaos y de manera independiente había una cámara del tesoro u opistodomos. En algunas zonas aún son visibles los restos de policromía que adornaban los distintos espacios del templo.

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Sin embargo si por algo es conocido el templo de Afaya es por los bellísimos frontones que decoraban sus tímpanos y que fueron encontrados de manera casual por el arqueólogo y arquitecto Charles Robert Cockerell a principios del siglo XIX; en ellos se representa la guerra de Troya y la intervención de los dioses en ésta. Los frontones, que en la actualidad se encuentran en la Gliptoteca de Múnich, son la primera muestra escultórica que se halló del denominado como estilo severo, la transición entre el arcaísmo y el clasicismo.