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La Madeleine de París

Publicado por A. Cerra
La Madeleine de París

La Madeleine de París

La iglesia de La Madeleine en el centro más monumental de París es parte del amplio legado de construcciones que produjo Napoleón Bonaparte, quién no dudo en promover una serie de construcciones en la capital de su imperio para que sirvieran sobre todo para ensalzar su figura.

Una de ellas fue este templo cuya construcción se inició en el año 1806, precisamente en el mismo momento en que se iniciaron varias construcciones paradigmáticas de ese periodo como fueron el Arco del Triunfo, el del Carrussel o la Columna Vendôme.

Obviamente cualquiera de estas construcciones del París Imperial están emparentadas con sus referentes de la Roma Imperial, como pueden ser el Arco de Tito para los arcos triunfales franceses, o la Columna Trajana para su réplica napoleónica de la plaza Vendôme Y en el caso de la iglesia de la Madeleine se puede encontrar una referencia de la arquitectura incluso en Francia, concretamente en la Maison Carrée de la ciudad de Nimes.

No hay que olvidar que estamos en el momento más álgido de periodo neoclásico y en uno de los lugares que por circunstancias políticas más se utilizo. Por ello no es de extrañar esa total inspiración en las formas más clásicas, no solo para la arquitectura, sino en realidad para todas las artes de aquel momento.

Lo cierto es que esta iglesia comenzó a proyectarse en 1764 con un diseño inicial bien diferente, que a su vez unos años después (en 1777) fue modificado al cambiar de arquitecto. Sin embargo, con la llegada de la Revolución Francesa se pararon por completo las obras y no se retomaron hasta 1806. Pero entonces Napoleón le encargó el proyecto al arquitecto Bartolome Vignon que debía modificar prácticamente todo lo realizado.

El resultado es una obra que se asemeja mucho más a un templo clásico que a una iglesia cristiana. No obstante, pese a su aparente planta rectangular, curiosamente en el interior hay mucha amplitud y se forma una cruz, con su propio crucero.

Hay que pensar que en origen nació con un espíritu mucho más laico que su actual uso religioso. Ya que se concibió como Templo a la Gloria del Ejército. De ahí esa evocación a los templos clásicos, mucho más romano que griego, si bien en realidad es una interpretación muy napoleónica, ya que en todas estas obras los arquitectos no son nada puristas y suelen tender a las formas más recargadas.

Por ejemplo, en La Madeleine, la fachada principal, que se convierte en la dominadora de todo el conjunto, es una fachada de ocho columnas (octástilo), aunque todo el templo está rodeado de columnas (períptero) y en ellas dominan las referencias a los órdenes clásicos más ornamentados, es decir, el corintio y el compuesto.