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Palacio Montecitori de Bernini

Publicado por A. Cerra
Palacio Montecitori de Bernini

Palacio Montecitori de Bernini

En la construcción de este palacio romano se invirtieron más de cuarenta años de obras, ya que recibió el encargo Gianlorenzo Bernini allá por el año 1650, pero hasta el año 1694 no se acabó, y para entonces las obras las dirigía el arquitecto Carlo Fontana, ya que Bernini hacía catorce años que había muerto.

Este es uno de los grandes palacios de Roma por su importancia en la vida pública. Inicialmente lo encargó el papa Inocencio X, de la familia Ludovisi, de ahí que inicialmente se conociera como Palacio Ludovisi y fuera una gran edificación de carácter urbano, privado y artistócrático. Pero más tarde pasó a ser la sede de la Curia Papal, y desde 1871, tras una transformación de su interior se convirtió en la sde de los parlamentarios italianos.

Bernini, gran arquitecto del Barroco aunque más célebre por sus obras escultóricas como El Éxtasis de Santa Teresa o sus figuras del Vaticano como San Longinos. Por cierto, en la Basílica de San Pedro del Vaticano está su obra que mejor ejemplifica su concepto de unión de las artes, ya que su Baldaquino es al mismo tiempo una obra arquitectónica y escultórica.

En cuanto a las influencias para este palacio, sin duda una de las más evidentes no es barroca, sino renacentista. Se trata del Palacio Farnesio que diseñó Antonio Sangallo y después modificó Miguel Ángel. Pero Bernini a partir de ese modelo, crea un edificio más dinámico, concibiendo su fachada en cinco tramos distintos, y dándoles ritmo con las variaciones en el número de ventanas de cada tramo. Siete ventanas en el módulo central, seis en los dos cuerpos que lo rodean, y tres en los extremos.

Además toda la línea de la fachada tiene una disposición convexa, lo cual le proporciona gracia por su curvatura, pero sobre un enorme empaque monumental, al mismo tiempo que lo relaciona con su entorno.

Todo el piso bajo de la fachada actúa como si fuera un inmenso basamento, que sustenta las plantas nobles.

La diferenciación entre el centro de la fachada y el resto es muy habitual en la arquitectura palaciega italiana del siglo XVII. Aquí no solo tiene una anchura considerable y con un número de vanos mayor que en los cuerpos laterales, sino que además se encuentra más avanzada respecto a la línea de todo el conjunto. Y por si fuera poco posee un remate superior que le da más altura y le concede todo su protagonismo, subrayando que esa es la zona de entrada al edificio. Además tiene una balconada, que curiosamente Bernini con sus criterios de escultor consideró que tendría que sustentarse por las figuras de grandes atlantes, sin embargo Fontana sustituyó esas posibles esculturas por columnas.