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Quiosco de Trajano

Publicado por Laura Prieto Fernández

Ubicado en el noreste del continente africano el río Nilo es uno de los ejes vertebradores de la vida en África, es el río más largo del continente –y hasta hace pocos años estaba considerado el más largo del mundo- y sin él la cultura egipcia no habría podido sobrevivir. El río inundaba todos y cada uno de los aspectos de la vida egipcia y su influencia era tan poderosa que incluso estaba considerado como una especie de deidad. En este contexto no parece extraño señalar como en las inmediaciones del Nilo surgieron algunos de los tempos y edificios más destacados de esta cultura; alguno de los monumentos más reseñables se encontraban en la famosa isla de Filé o File, en la región de la Baja Nubia, a unos once kilómetros de Asuán.

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En la isla se encontraban algunas de las edificaciones más destacadas dedicadas a la diosa Isis cuyo culto se extendió a lo largo de la cuenca del Mediterráneo primero durante el periodo ptolemaico y posteriormente con la invasión romana. El culto a la diosa fue muy difundido hasta bien entrado el siglo VI d.C. cuando fue prohibido por el emperador Justiniano.

En Filé se levantaron importantes monumentos tanto por egipcios como por romanos, prueba de ello es el pequeño templo que aquí nos ocupa y que recibe el nombre de Quiosco de Trajano, en honor al emperador romano Trajano quién ordenó su construcción. De esta manera nos encontramos ante un templo de planta rectangular que cuenta con unos quince metros de anchura y veinte de largo. A pesar de no contar con pruebas fehacientes muchos críticos e historiadores se inclinan por pensar que el templo debía de albergar la barca de Isis.

Partiendo de un paramento realizado con sillares de piedra el templo contaba con quince columnas, cuatro dispuestas en las fachadas cortas y cinco en cada una de las fachadas largas, con grandes capiteles palmeados que poseían una profusa decoración con elementos vegetales y de los que arrancaban gruesos pilares que sostenían el entablamento. Según las fuentes documentales halladas al respecto, estos gruesos pilares debían de estar decorados con relieves escultóricos dedicados al dios egipcio Bes, guardián de las cosas buenas y el amor, no obstante éstos nuca llegaron a realizarse.

En el famoso Quiosco de Trajano encontramos una combinación de madera y piedra que no solía ser común en la arquitectura egipcia, de esta manera las marcas en el arquitrabe nos indican la presencia de grandes tablones de madera que debían servir como cubrición.

A lo largo de la década de los sesenta la mayoría de los templo ubicados en Filé fueron trasladados por la Unesco (Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) hasta la vecina isla de Agilkia ya que la construcción de la presa de Asuán haría que la antigua isla de Filé quedase por completo cubierta de agua con las crecidas del Nilo. A finales de la década de los setenta, en torno al año 1979, los monumentos trasladados desde Filé fueron declarados Patrimonio de la humanidad por la Unesco bajo la denominación monumentos de Nubia.