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Shanghai Bank de Hong Kong

Publicado por A. Cerra
Shanghai Bank de Norman Foster

Shanghai Bank de Norman Foster

Esta obra es una de las creaciones más celebradas de uno de los arquitectos contemporáneos más reputados. Se trata del inglés Norman Foster, nacido en Manchester en 1935. El diseño de sus edificios está basado en la búsqueda de integrar de una forma plena la ingeniería de estructuras con la arquitectura de las nuevas tecnologías y novedosos materiales. Siempre planteando que esos medios tecnológicos, materiales y estructurales han de estar al servicion de las necesidades humanas propias de finales del siglo XX y comienzos del XXI. En definitiva, es uno de los creadores más influyentes en nuestros días, y sus edificios se han definido como representantes del arte de la tardomodernidad.

En este caso planteó un enorme edificio en la ciudad de Hong Kong, en un momento en el que todavía era colonia británica, ya que su construcción se llevó a cabo en tan solo cuatro años, entre 1981 y 1985. Es decir, una ciudad que se acercaba a un futuro un tanto incierto, ya que debía ser devuelta a China, y lo que era un lugar donde reina el capitalismo se había de integrar en el sistema comunista chino. Por lo tanto, la obra más que un banco o una creación de arquitectónica también se había de convertir en un símbolo de confianza en el futuro.

Para ello planteo un edificio de 43 plantas, que alcanza una altura de 179 metros. Todo él levantado a partir de una estructura de acero. Además, el nuevo banco había de convivir con la antigua sede bancaria, e integrarla en el nuevo edificio. Eso se hizo levantando unas torres a modo de mástiles verticales, unidas entre sí por vigas triangulares que, a su vez, soportan las plantas de oficinas, colgadas de tirantes verticales.

Esas torres-mástiles son las que soportan las principales cargas verticales y la transmite directamente hasta la cimentación del edificio. Se realizaron en tubo de acero, pero con un forramiento de hormigón y aluminio.

Mientras que las vigas que las unen horizontalmente tienen esa característica forma triangular, semejante a una percha. Aparecen dispuestas cada ocho plantas y además de su función estructural, de unir las torres-mástiles y transmitir hasta ellas las cargas de los pisos que soportan, también cumplen un papel estético, al ser ellas quienes le dan el característico ritmo a la fachada.

Todo eso en cuanto a su aspecto externo, pero al adentrarnos en el edificio, tiene un enorme protagonismo el patio cubierto que ocupa su espacio central. Es un patio que une visualmente doce plantas de altura, y se ilumina por el acristalamiento de la fachada. Es el modo de bañar el interior con luz natural, ya que hay dispuestos paneles móviles que se encargan de reflejar esa luz solar, iluminando no solo esta peculiar plaza pública, sino que también llevan la luz a diferentes puntos de la construcción. Y por otra parte, ese patio se transforma en el corazón del banco, y el lugar más humano, en el sentido de que plantea el sentido de comunidad y comunicación entre los clientes del banco y los trabajadores del mismo.