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Termas Caracalla

Publicado por Laura Prieto Fernández

Las termas de Caracalla también conocidas como termas Antoninas son un importante conjunto arquitectónico levantado en la Roma imperial entre el 212 y el 217 d.C. Marco Aurelio Antonino –el emperador en vida nunca fue conocido como Caracalla- mandó construir un importante complejo termal que rivalizara con las que hasta entonces habían sido las termas más importantes de la época, las termas de Diocleciano.

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Las termas fueron uno de los principales lugares de recreo y esparcimiento en época romana, eran baños públicos donde los ciudadanos acudían no sólo para refrescarse sino también para hacer deporte o pasear, además éstas fueron uno de los principales focos sociales y culturales de las ciudades de la época.

Las termas de Caracalla supusieron una enorme inversión para el emperador y las obras de ingeniería fueron megalómanas, con capacidad para más de dos mil personas Caracallla pretendía perpetuarse en el tiempo con esta enorme construcción. Los ingenieros y arquitectos romanos debieron desviar parte del curso de agua que procedía del Acueducto Aqua Marcia, este nuevo ramal pasó a denominarse como Aqua Antoniniana Iovia.

Caracalla planteó un enorme recinto cuadrangular con ábsides semicirculares en dos de los lados del perímetro, este espacio medía más de cuatrocientos metros de longitud y en su interior se desarrollaban las construcciones que formaban los baños.

El espacio diseñado para las termas se configuraba con una disposición simétrica estableciendo así la división entre hombres y mujeres. Desde el vestíbulo de entrada se tenía acceso a los vestuarios y posteriormente a la conocida como palestra o gimnasio. La siguiente estancia sería una especie de sauna, el sudario. El último acceso llevaría a la zona de piscinas donde se diferenciaban las estancias del caldarium (agua caliente), tepidarium (agua fría) y la natatio, una especie de lo que hoy se podría entender por piscina olímpica de agua fría y dispuesta en el exterior.

Especial mención merece el sistema de hipocausto a través del cual obtenían el agua caliente: para ello se colocaron dos grandes hornos en el subsuelo del edificio y otros dos más en el exterior, éstos eran alimentados por esclavos y a través de un complejo sistema de canales y pilares de ladrillo el aire caliente circulaba por las distintas estancias y piscinas calentando el agua.

El conjunto termal se completaba con una infinitud de establecimientos y locales destinados a suplir cualquier tipo de necesidad que pudieran tener los ciudadanos, así encontramos desde tabernas, bibliotecas, tiendas de todo tipos y múltiples espacios ajardinados por donde los romanos podían pasear.

El conjunto de las termas estaban cuidadosamente ornamentado, cada espacio estaba ocupado por bellos mosaicos que decoraban el suelo o esculturas realizadas en nobles materiales. Prueba de ello es que uno de los grupos escultóricos más bellos que se conservan de época romana procedía de estas termas, el conocido como Toro Farnesio.

Estos baños termales permanecieron en uso hasta el 537 d.C. cuando el suministro de agua se interrumpió debido a la destrucción del Aqua Antoniana, posteriormente en el 847 la edificación fue derruida a causa de un fuerte terremoto.