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Unidad Habitación, Le Corbusier

Publicado por Laura Prieto Fernández

La Unidad habitación de Marsella diseñada por el arquitecto del siglo XX es uno de los proyectos más revolucionarios e innovadores y que hacen de Le Corbusier, una de las grandes figuras arquitectónicas de la historia del arte. Quizás, en comparación con otros de sus proyectos mucho más estéticos y visuales, la concepción de esta Unidad de Habitación pueda parecer desmerecida, demasiado sobria y somera, sin embargo en ella se sintetizan prácticamente todas las teorías constructivas de este arquitecto además de ser un icono surgido tras la Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial.

Charles Édouard Jeanneret-Gris, más conocido como Le Corbusier, (1887 – 1965) es una de las figuras más destacadas de la arquitectura del siglo XX. Sus obras son el reflejo de la modernidad adaptándose a las necesidades del hombre sin perder por ello su esencia artística. Le Corbusier trabajó como arquitecto, ingeniero e incluso pintor y diseñador; sus obras representan algunas de las teoría artísticas que también plasmó en tratados teóricos. En este sentido debemos destacar como, durante los años de la Segunda Guerra Mundial la producción de nuevas obras se encontraba casi paralizada, el artista aprovechó el momento para centrarse en el campo teórico de la arquitectura desarrollando sus ideas en el Modulor, la Unidad Habitación que aquí nos ocupa está basada en algunas de estas teorías.

La obra comenzó a ser diseñada en 1945 y dos años después comenzaría su construcción, que se prolongará hasta 1952. El proyecto consistía a grandes rasgos, en la creación de una vivienda colectiva en cuyo interior se administrasen los servicios básicos de manera que sus habitantes pudiesen hacer vida de manera “autónoma” con respecto al resto de la urbe. El proyecto surgió para dar respuesta a las nuevas necesidades de la sociedad tras la Gran Guerra: la inmediatez de la vida urbana comenzaba a impregnar las ciudades que paulatinamente se iban reconstruyendo, la necesidad de espacio se volvía una constante y la circulación comenzaba a dar muestras de una progresiva masificación.

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Así Le Corbusier planteó la creación de un gran edificio levantado sobre grandes pilares que lo aislaran del suelo y realizado en hormigón armado en lugar de en acero como solía ser costumbre antes de la Guerra, con el fin de abaratar los costes, en principio la nueva solución no parecía convencer demasiado a los críticos del momento, sin embargo pocos años después ésta se convirtió en el germen de la arquitectura brutalista. En su interior encontramos un total de cincuenta y ocho viviendas, todas ellas en dúplex que comparten cada tres plantas un pasillo de acceso comunitario.

Pero además de las viviendas la Unidad Habitación contaba con tiendas, oficinas y otros servicios más diversos como una enfermería, un gimnasio… así, en un total de 1600 estancias planteadas en un solo bloque Le Corbusier pone en funcionamiento su particular idea de vivienda, concebida como una <>. La obra del arquitecto modernista pretende buscar la autonomía del individuo en el seno de una ciudad cada vez más masificada y colectivizada.