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Apoxiomeno croata

Publicado por Laura Prieto Fernández

Cuando pensamos en la escultura de un apoxiomeno, instintivamente viene a nuestra mente la pieza marmórea realizada por el artista Lisipo y que se ha consagrado como una de las obras escultóricas más importantes de la antigüedad clásica. Sin embargo, tenemos que explicar que, en realidad, cuando hablamos de un apoxiomeno no nos estamos refiriendo a una obra en concreto, sino que se trata de una tipología escultórica como bien podría ser un Apolo o una Venus.

El apoxiomeno es uno de los temas más recurrentes en la estatuaria griega y por ende, también en la romana; se trata de un joven atleta que con el estrígil o raspador, elimina de su cuerpo los restos de aceite o sudor. La mayor parte de las ocasiones la temática del atleta era una excusa para representar el cuerpo humano al desnudo, recreándose en la musculatura de los jóvenes griegos.

La obra que aquí analizamos lleva por título El Apoxiomeno Croata y se trata de una escultura de bulto redondo realizado en bronce que apareció en el año 1996 en el mar Adriático, concretamente entre el islote de Vele Orjule y la isla Mali Losinj. Parece ser, que el lugar donde fue hallada la pieza formaba parte de una famosa ruta comercial y los expertos barajan la posibilidad de que acabase en el fondo del mar como una especie de ofrenda a los dioses o quizás, debido a alguna tempestad.

La famosa escultura fue descubierta por un buceador de origen belga en el año 1997 aunque no se sacó del agua hasta dos años después, en 1999. Debido a la salinización a la que había estado expuesta la obra lo primero que hubo que hacer fue introducirla en una piscina de agua dulce para, con posterioridad, poder limpiarla. La estatua contaba con un interior hueco en el que se hallaron distintos elementos vegetales y materiales que nos hablan de una datación entre los siglos IV y III a.C.

Debido a su composición, la escultura está compuesta de siete artes distintas que posteriormente fueron ensambladas entre sí, algunos expertos plantean la posibilidad de que se trate de una pieza original griega y no de una copia romana hecha a partir de un original griego. En el caso de ser cierto, sería muy probable que la escultura hubiese pertenecido a Lisipo a quien se le otorgan más de ocho esculturas de esta misma tipología.