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La dama del ramillete de Verrocchio

Publicado por A. Cerra
Dama del ramillete de Verrocchio

Dama del ramillete de Verrocchio

Andrea Verrocchio es uno de los escultores más destacados del Renacimiento italiano, aunque su talento ha quedado un tanto eclipsado por artistas de la talla de Lorenzo Ghiberti, Donatello o el mismísimo Miguel Ángel Buonarrotti.

Sin embargo, la producción de Verrocchio es muy importante con creaciones como su famosa Duda de Santo Tomás o el monumento veneciano de la estatua ecuestre de Bartolome Colleoni.

La obra que aquí mostramos de la Dama del ramillete es un obra labrada en mármol y datada entre los años 1475 y 1480, y en realidad se considera que es una obra de su taller. En la actualidad, permanece expuesto en el Museo Nacional de Escultura del Barghello de la ciudad de Florencia, donde también se conserva otra de sus obras más emblemáticas: el David, aunque en este caso realizado en bronce.

Este dato de que sea una obra de taller es muy importante, ya que en ese taller trabajaron jóvenes artistas del talento de Sandro Botticelli o il Perugino. De hecho el taller artístico de Verrocchio era uno de los más importantes en su Toscana natal. E incluso allí también se formó ni más ni menos que Leonardo da Vinci. De hecho, hay historiadores del arte que el propio Leonardo participó activamente en esta obra.

En el busto vemos que el mármol se ha tratado para conseguir verdaderos efectos pictóricos, y es que no hay que olvidar que Verrocchio, cuyo nombre real era Andrea di Cione, también trabajó como pintor.

El busto de esta mujer es un buen ejemplo del concepto del retrato que se tenía por aquellos años en la Italia del Renacimiento. Unos retratos en los que no se trabaja tanto en la perfecta representación fisionómica como en la búsqueda de un ideal de belleza, tanto para las féminas como para los hombres. Es cierto, que hubo ocasiones en las que quería un gran realismo, pero en muchos otros retratos de tipo más oficial, se quería plasmar unos ideales estéticos y filosóficos del momento.

En este caso se puede apreciar que se ha puesto un énfasis especial en el valor compositivo y en el mensaje que transmiten las manos de la muchacha, que alcanzan un enorme protagonismo colocadas sobre el pecho y sosteniendo el ramillete de flores que le da nombre a la obra.

Es curioso comprobar en el propio museo del Barghello ciertas diferencias estilísticas entre la Dama del ramillete y el David. Porque mientras en la mujer todo es reposo, en el caso de la representación del gran héroe florentino, el modelo es mucho más nervioso y agitado.

Otro dato muy interesante se descubre al observar la obra de cerca, es ver como se ha jugado con los detalles añadidos al propio busto, como el propio ramillete o el peinado del cabello, tallado con exquisito detalle y precisión.