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Fuentes documentales escritas sobre las artes antiguas

Publicado por Chus

discobolo.jpgLos escritores antiguos que han dejado referencias sobre aspectos de la historia del arte son numerosos. Vitrubio, por ejemplo, que vivió en el tiempo de Augusto (siglo I antes de Cristo), escribió un libro sobre la teoría y la práctica de la arquitectura. Plutarco (biógrafo), Cicerón (político romano que escribió tratados filosóficos), o Luciano (autor de ingeniosas sátiras) también mencionan a artistas y obras del arte griego, pero de los escritores antiguos se distinguen dos historiadores que nos hablan y documentan sobre diversos aspectos relacionados con el arte. Son Plinio y Pausanias.

Pausanias era un viajero griego que vivió en el siglo II antes de Cristo y escribió una guía de Grecia dirigida a los viajeros de su tiempo. Viajó por todas las ciudades y santuarios destacados de la Grecia antigua, haciendo observaciones sobre sosas de interés y describiendo las famosas obras de arte que vio. Dedicó bastantes pasajes a la pintura de Polignoto y gracias al estudio de sus detalladas descripciones, los historiadores modernos pudieron reconocer el tipo de pintura que realizaba y el tipo de vasos cerámicos que recogían su influencia.

Plinio era un escritor romano del siglo I después de Cristo interesado en todo, tanto que su curiosidad acabó matándolo, pues falleció cuando se encontraba estudiando una erupción del Vesubio. En su libro enciclopédico “Historia natural”, trabajo descriptivo dividido en secciones sobre animales, vegetales y minerales, trata de las piedras y metales utilizados por los escultores y de algunos de los pigmentos usados por los pintores que se hacen a partir de minerales. Esto le llevó a hacer una breve historia de la escultura y la pintura, sobre el desarrollo de las artes, las aportaciones de varios artistas y algunos trabajos individuales.

Ambos autores nos hablan mucho de la escultura, basando sus informaciones en fuentes griegas del siglo IV antes de Cristo, ya que para entonces los griegos eran conscientes de que habían creado un arte singular y nuevo y deseaban comentarlo. Incluso en el siglo VI antes de Cristo algunos arquitectos habían escrito libros sobre su trabajo y el escultor Policleto en el siglo V antes de Cristo escribió el afamado tratado sobre el canon, con el que después esculpió su “Doríforo”. De todas formas en el siglo IV antes de Cristo es cuando se recogen importantes noticias de la historia del arte, incluyendo anécdotas de los artistas. Aunque se han perdido la mayoría de estos trabajos, se conservan destacados fragmentos en las obras de Plinio, Pausanias y otros autores.

De todas formas poco sabemos de las vidas y personalidad de los famosos artistas. De Mirón, por ejemplo, Plinio nos dice donde nació y quien fue su profesor, enumera sus trabajos más conocidos y hace unas cuantas observaciones generales sobre su estilo. Luciano (escritor romano del siglo II de nuestra era) realiza una detallada descripción del “Discobolo” de Mirón, con lo permitió reconocer las copias romanas de la obra, pero otras obras maestras como El “Zeus de Artemisa” (S. V a,C.) no pueden ser atribuidas con certeza a ningún autor conocido, y a la inversa, muchos nombres de artistas registrados por los antiguos no pueden relacionarse con ningún trabajo cuyo original o copias sobrevivan.

Los fragmentos de información de las fuentes literarias, aparte de sesgados, resultan contradictorios, como pasa con artistas como Fidias, por ejemplo. Según Plutarco (historiador griego del siglo I), tenía a su cargo las obras públicas construidas en el tiempo de la ascensión de Pericles en Atenas, así Partenón y Propóleos de la Acrópolois guió y supervisó estas obras y se encargó también de dirigir la escultura del Partenón, aunque no realizó ninguna de las esculturas personalmente, ya que se encontraba trabajando en la gran estatua de Palas Atenea que iba a colocarse dentro del templo. Cuando los enemigos políticos de Pericles le atacan, usan a Fidias como arma contra el estratega, ya que le acusan de haber malversado el oro dedicado a la estatua de Atenea. Como esto no puede demostrarse, los cargos son retirados, pero le acusan de haber querido representarse a sí mismo y a Pericles en el escudo de la estatua, por lo que ingresó en prisión, donde falleció. Plutarco presupone que estos acontecimientos tuvieron lugar poco después de que la estatua de Atenea fuera terminada, pero los arqueólogos establecieron que Fidias fue a Olimpia a realizar la gran estatua crisoelefantina, una de las “Maravillas” del mundo antiguo, después de haber terminado en el Partenón. Puesto que Pausanias cuenta que los descendientes de Fidias siguieron manteniendo una posición especial en Olimpia durante muchas generaciones, la historia relatada por Plutarco de que murió en una prisión ateniense, parece difícil de creer. Así pues hay que tener prudencia al usar las fuentes literarias.