Arte

Banksy, grafitero

Publicado por Laura Prieto Fernández

A medio entre el vandalismo y las nuevas formas de expresión artística se sitúa el grafiti, una técnica que a menudo se ha asociado a bandas callejeras y que paulatinamente se ha ido ganando un sitio entre las nuevas técnicas asociadas al arte contemporáneo. Si bien aún hoy hay muchas discrepancias al respecto, lo cierto es que en la actualidad algunos graffiteros ya han entrado en el mundo del mercado artístico y sus obras se cotizan igual que algunos de los lienzos más representativos del mercado.

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Para algunos de sus colegas de profesión el simple hecho de introducir un grafiti en el mercado artístico hace que la obra pierda su esencia, sin embargo la categoría alcanzada por algunos de estos graffiteros hace que en la actualidad, éstas piezas hayan alcanzado una gran categoría artística, de modo que ciertos ayuntamientos han dispuesto espacios para la creación de grafitis o incluso hayan protegido algunos de ellos, un hecho que por otra parte tampoco ha estado exento de polémica.

Bansky es a día de hoy uno de los artistas callejeros más destacados de todo el mundo, pocos datos se pueden arrojar acerca de su biografía ya que incluso su identidad verdad es un secreto. Parece ser que el polémico autor comenzó haciendo grafitis en la localidad de Bristol en Inglaterra; sus primeros grafitis debieron de realizarse en torno al 1992 o 1994 y posteriormente en el año 2000 realizó una gran exposición en Londres que le otorgó un éxito mundial y tras ella se dedicó a viajar por todo el mundo dejando sus grafitis en lugares tan recónditos como el muro de Cisjordania.

En una línea similar a lo acontecido durante de las vanguardias artísticas el artista callejero también ha presentado un fuerte pulso contra las instituciones artísticas y el mercado del arte. Así mientras en algunas de las galerías más destacadas del mundo sus obras llevadas al lienzo se vendían por grandes sumas de dinero, el artista instaló un pequeño puesto en la calle para vender sus piezas por precios irrisorios ocultando su verdadera identidad.

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Pero quizás su acción más polémica y comentada fuese la colocación de una de sus piezas en el Museo Británico de Londres en el 2005. En Mayo de ese mismo año el artista realizó Peckham Rock Painting, un grafiti que representaba a un hombre con un carrito de la compra como si de un cazador prehistórico se tratase. El artista colocó la pieza en el Museo Británico sin que nadie en el museo se diese cuenta hasta varios días después. Su osadía fue incluso más allá colocando una cartela explicativa como las que aparecen en el museo que rezaba:

Las autoridades del museo se dispusieron rápidamente a retirar la obra pero cuando supieron que la pieza era de uno de los grafiteros más destacados del momento el British decidió quedarse con la pieza incluyéndola entre los fondos de su colección.