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Batalla de Anghiari, Leonardo da Vinci (I)

Publicado por Laura Prieto Fernández

El fresco que representa la Batalla de Anghiari de Leonardo da Vinci es una de las obras de arte más famosas del autor y sobre la que más se ha escrito a pesar de que nunca hemos llegado a conocerla. Supuestamente el famoso fresco del artista renacentista descansa hoy bajo otro fresco, unos años más reciente, realizado por el que pasaría a la historia como el biógrafo del propio Leonardo, Giorgio Vasari.

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Leonardo da Vinci es una de las figuras más relevantes de la historia del arte. Leonardo (1452 – 1519) cumple a la perfección con la imagen de genio y humanista. Trabajó artes tan dispares como la pintura, la poesía o la ingeniería destacando en todas y cada una de ellas y sus obras son conocidas mundialmente. Junto con Miguel Ángel y Rafael conforma la triada renacentista indispensable en el mundo del arte.

Según está recogido en los diarios y cuadernos de notas del propio Leonardo, el artista hubo de llegar a Florencia en torno a Octubre de 1503 para cerrar con el gobierno florentino uno de los mayores encargos que había tenido hasta entonces: la decoración de la pared derecha del conocido como Salón de los Quinientos, ubicado en el interior del Palacio Vecchio de Florencia. Tan reseñable obra ocuparía el lugar desde donde se gobernaba la República florentina y cuyo interior albergaba (artísticamente hablando), un desafío aún mayor. La decoración de la pared izquierda del Salón de los Quinientos se encomendó al mayor rival de Leonardo da Vinci, el único pintor capaz de ensombrecer la grandeza de uno de los genios más grandiosos de la historia del arte, Miguel Ángel Buonarroti (1475 – 1564).

El encargo de Miguel Ángel, al igual que el de Leonardo, era la realización de un fresco que pusiese de manifiesto la superioridad florentina en diferentes batallas, en el caso de el de Caprese debía representar una batalla ocurrida en 1394, la batalla de Cascina. La rivalidad entre los dos genios era más que plausible y sin embargo, Buonarroti ejecutó rápidamente los esquejes de su cartón y decidió abandonar Florencia para acudir a la llamada del pontífice Julio II.Leonardo en cambio, se estableció en un pequeño apartamento ubicado en el templo de Santa María la Novella para dedicarse con profusión a su trabajo. En 1505 comenzó a realizar el fresco.

En realidad el fresco siempre había sido una técnica problemática para el artista renacentista; esta destreza obligaba al artista a trabajar rápidamente para evitar que la pintura se secase y Leonardo necesitaba de un prolongado tiempo de creación. El artista pudo comprobar en vida que la técnica que había utilizado en La Última Cena comenzaba a dar problemas de conservación por lo que en esta ocasión decidió utilizar una antigua técnica conocida como encausto que, lamentablemente, tampoco resultó ser muy duradera. Quizás este fuese uno de los motivos por los que el artista renegase de la que iba a ser su mayor obra para acudir a la corte francesa.