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Buey desollado, Rembrant

Publicado por Laura Prieto Fernández

Tradicionalmente al pensar en un bodegón automáticamente pensamos en una escena sencilla con algunas frutas u otros elementos vegetales en un jarrón sin embargo, existe una variación en la temática del bodegón que fue muy popular a partir del Renacimiento, la incorporación de animales muertos. Así podemos apreciar diferentes obras en las que los artistas incorporan algunos animales –normalmente de caza- en sus bodegones, ésta tendencia fue muy destacada en los países del norte de Europa desde donde nos han llegado algunos de los bodegones más significativos de todos los tiempos, quizás por ello no nos sorprenda que la obra que hoy analizamos sea de uno de los artistas más distinguidos de la escuela de pintura holandesa, Rembrandt.

Rembrandt Harmenszoon van Rijn (1606 – 1669) es uno de los pintores más destacados de la escuela holandesa del Siglo de Oro. El artista cultivó con gran acierto tanto la pintura como el grabado y en la actualidad, está considerado como uno de los grandes maestros de todos los tiempos.

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En esta ocasión nos encontramos ante una obra realizada en óleo sobre madera, algo poco usual ya que en esta época lo más común era trabajar sobre lienzo; la obra cuenta con un formato vertical y con unos noventa y cinco centímetros de altura y casi setenta de anchura. La pieza aparece firmada y fecha de mano del propio artista por lo que podemos situarla sin miedo a equivocarnos en el año 1655, perteneciendo por lo tanto a la época de madurez del artista, cuando su estilo ya está completamente desarrollado.

En el lienzo observamos en un primer plano y dominando la escena el cadáver de un buey desollado que cuelga de un madero cerca del suelo. La pieza de carne desgarrada ocupa la mayor parte de la composición y ha sido recreada con sumo realismo y detallismo proporcionando al espectador una visión poco agradable de sus entrañas y vísceras. El cadáver del animal cuelga en el interior de lo que parece ser un sótano en penumbra, al fondo en un segundo plano se observa la presencia de una mujer con cofia que se asoma por una pared como si temiese ser descubierta.

Tradicionalmente se considera que esta figura femenina representa a la mujer del carnicero que ha desollado al animal, de esta manera nos encontraríamos más ante una escena de género que ante un bodegón propiamente dicho.

Sea como fuere lo cierto es que Rembrandt ha realizado un trabajo sin igual en la composición del lienzo, en la representación realista de la escena y como no, en los efectos lumínicos. De hecho, algunos autores indican que este lienzo junto con otro del mismo tema fechado unos años antes, en 1643, serían estudios lumínicos realizados por el artista como años después harían algunos artistas impresionistas como Monet en su serie de la Catedral de Rouen. Esta hipótesis adquiere cierto sentido si pensamos que un cuadro con una temática tan sangrienta tendría poca salida en el mercado del arte y resulta más probable que el artista lo realizase motu proprio