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Carlos I pidiendo la entrega de cinco miembros del Parlamento, de J. S. Copley

Publicado por A. Cerra
Carlos I exigiendo la entrega de cinco miembros del Parlamento de Copley

Carlos I exigiendo la entrega de cinco miembros del Parlamento de Copley

Esta es una de las obras más representativas de la producción artística de John Singleton Copley (1737 – 1815), un artista norteamericano que viajó hasta Europa y se instaló en Inglaterra.

Allí precisamente expuso por primera vez este cuadro en 1785, y lo cierto es que causó estupor entre quiénes lo contemplaron. Para empezar se trata de un tema un tanto insólito. Retrató el momento histórico en el que el rey Carlos I solicitó a la Cámara de los Comunes la detención de cinco de sus miembros. A lo cual el presidente de la cámara se opuso desafiando así al monarca.

Era un tema del que antes no se había pintado, y cronológicamente no era muy lejano. En cambio tuvo que ser un pintor estadounidense quién lo hiciera y además en un cuadro de formato enorme. Además lo realizó con un criterio historicista a más no poder. Para ello contó con eruditos que le asesoraron y luego toda esa información pretendió mostrarla en la obra con todo lujo de detalles, con el criterio de crear una imagen idéntica a la que pudieron contemplar quiénes estuvieron presentes en aquel suceso.

Se informó en profundidad sobre cómo era en el siglo XVII la Cámara de los Comunes, contacto con anticuarios para informarse sobre el mobiliario o el vestuario de la época. Incluso viajó por diversos lugares de Gran Bretaña buscando los retratos de los personajes históricos de aquel hecho, para luego trasladarlos a su obra con la mayor fidelidad posible. Pero además de toda esa ardua labor de documentación, también hay que tener en cuenta el contexto histórico en el que realizó su obra Copley.

La escena básicamente muestra el enfrentamiento entre un rey y los representantes del pueblo. Dos años antes de que lo pintara, el rey de la época Jorge III tuvo que enfrentarse al desafió de los colonos de Norte América, el país natal del pintor, y acabó firmando la paz. Es decir, la escena no estaba carente de sentido y tenía su propio mensaje. Incluso se cuenta que cuando la reina lo vio, se apartó del cuadro y se dirigió al pintor para decirle: “Señor Copley, podía haber elegido usted un tema más afortunado para el ejercicio de sus pinceles”.