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El Bolchevique de Kustodiev

Publicado por A. Cerra

Bolchevique de Kustodiev

Este es un óleo pintado sobre lienzo por el artista rusto Boris Kustodiev (1878 – 1927), y nos presenta una escena de la triunfante revolución bolchevique en la Rusia de 1917.

Es una obra que nos presenta una imagen de San Petersburgo, la capital de la Rusia de los zares, donde se asaltó el palacio del gobierno. Y vemos esa ciudad en una escena que es a la vez muy realista, como si el pintor la hubiera visto desde su ventana. Pero a ese carácter de verismo se le suma el toque surrealista que le da la figura de ese gigante que va por las calles.

Ese gigante, obviamente simboliza el avance imparable de la revolución comunista, la cual se identifica con ese rostro tan parecido al de Lenin, y con la bandera roja que todo lo envuelve, tanto a los viejos palacios donde había residido el poder zarista, como a la muchedumbre que inunda la ciudad y que queda bajo la protección de esa bandera y el gigante. Por cierto, esta imagen se podría relacionar con la grandilocuencia del arte soviético que abundó años después, a partir de la década de 1930, pero la verdad es que en el caso del Bolchevique de Kustodiev domina el factor artístico sobre el propagandístico.

Este pintor ciertamente se involucró en la Revolución Rusa, si bien es cierto que desde el año 1916 quedó paralítico y postrado en una silla de ruedas. Lo que no le impidió seguir trabajando la pintura, tanto realizando retratos como dotando de imágenes emblemáticas al proceso revolucionario.

Porque hay que tener en cuenta que a su enfermedad, se le sumó que la Revolución acarreó que redujera sus ingresos como retratista, ya que ese trabajo era evidentemente para una clientela burguesa que desapareció. No obstante, el trabajo de Kustodiev estaba de lo más diversificado, ya que además de pintor de retratos, también se ganaba la vida como ilustrador de libros, e incluso como destacado escenógrafo teatral, y todo ello lo siguió realizando durante años pese a su enfermedad que ya se empezó a manifestar muy seriamente en 1909, hasta que finalmente le inmovilizó totalmente su cuerpo de cintura para abajo, de forma que desde 1916 tan apenas salió de su domicilio.

Contrariamente a lo que podría parecer, durante los años que quedó impedido físicamente, fue la época en la que pintó sus obras más alegres. Alegres tanto por las temáticas que trataba como por su colorido basado en los tonos vibrantes y muy vivos, lo que a veces le proporciona a sus cuadros cierto toque naïf.