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El Bosque encantado de Pollock

Publicado por A. Cerra

El bosque encantado de Pollock

Esta obra la pintó el artista estadounidense Jackson Pollock en el año 1947 y en la actualidad forma parte de la colección Guggenheim conservada en la ciudad italiana de Venecia.

Fue precisamente en el año 1947 cuando Jackson Pollock comenzó a usar la técnica pictórica que le haría mundialmente famoso: el dripping, es decir traducido al español, la técnica del goteo.

De esta forma en sus obras desaparece cualquier atisbo de figuración, y comienza una trayectoria artística en la que sus cuadros se van a definir por el gesto, el intenso ritmo gráfico, muy vital y a veces también muy violento, consiguiendo como resultado unas telas en las que el resultado final parecen ricos arabescos en el que se entretejen filigranas de color.

Para realizar este tipo de obras, Pollock colocaba las telas horizontalmente y sobre el suelo, de forma que desde arriba dejaba caer la pintura, en ocasiones sin pincel alguno, y practicándoles agujeros en la parte inferior de los botes de pintura que luego pasaba desde la altura sobre el lienzo.

El surgimiento en la Historia del Arte de esta nueva y rompedora técnica del dripping no hubiera sido posible sin un avance tecnológico, que ahora aplicamos en todas nuestras viviendas, la aparición de la pintura plástica, que Pollock no dudó en emplear para sus trabajos. Se trata de una pintura que permite un uso mucho más fácil que el óleo, ya que no contiene aceite, sino pigmentos, agua y una resina que hace las funciones de adherente al soporte sobre el que se pinta. Y además, el empleao de la pintura plástica le permitía al artista un secado muchísimo más rápido que el conseguido con los óleos. Y la última ventaja que le planteaba la pintura plástica a Pollock, es que es un pintura que permite su disolución en agua, estando esta en un muy alto porcentaje, lo cual le hacía posible trabajar con ella en un estado del material muy líquido y dúctil, el ideal para desarrollar su famoso dripping.

Pollock en la concepción de sus obras considera muy importante la espontaneidad, y concede al propio acto de pintar el rango de experiencia vital.

La imagen final que construye no tiene un único centro de atención, le da importancia a todo el conjunto y es lo que él llamó all-over. No hay jerarquía alguna entre las distintas formas, como si se tratara de un continuum, en ocasiones más allá del propio soporte del lienzo, como en esta obra o en otra también conservada en la misma colección veneciana, la titulada Ojos en el calor realizada en el año anterior.

Posiblemente, Jackson Pollock como representante de la pintura abstracta estadounidense, Andy Warhol como inventor y máximo exponente del Pop Art y Edward Hopper como exquisito pintor figurativo realista, son las mayores figuras y las más determinantes del arte pictórico de Estados Unidos durante todo el siglo XX.