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El puente de Courbevoie de Seurat

Publicado por A. Cerra
Puente de Courbevoie de Seurat

Puente de Courbevoie de Seurat

Este lienzo pintado al óleo lo realizó el artista francés Georges Seurat a lo largo de los años 1886 y 1887, y en la actualidad forma se conserva en Londres, como propiedad de las Galerías del Instituto Coultauld.

Esta es una obra que plasma los principios pictóricos que inspiraban a Seurat, el gran representante del arte puntillista o divisionista. Esa técnica basada en la creación de la imagen a base de puntos de color, un técnica postimpresionista que es uno de los caminos que surgieron a partir de las obras anteriores de Monet o Renoir, sin embargo, esa idea de descomponer la luz en colores, en puntos de color, hace que en comparación estas obras del Puntillismo parezcan mucho más petrificadas y carentes de la viveza de las obras del Impresionismo. Para ello basta comparar los reflejos del agua en esta obra con los conseguidos en otras anteriores como Otoño en Argenteuil de Claude Monet o alguna de Alfred Sisley, un pintor especialmente interesado en los efectos acuáticos con obras como Vista del Canal de Saint Martin.

La propia técnica puntillista, cuyo proceso de realización es muy lento y su carga teórica, e incluso científica es enorme, conlleva esa petrificación de la escena, incluso congelación. Y también lleva a que las escenas a final acaben siendo un tanto verticales, debido al rigor geométrico se necesita y que alcanza a todos los elementos de la composición. Esta idea de verticalidad se ve en esta obra o en otras del autor como La Grande Jatte.

Seurat fue muy radical a la hora de materializar los principios del Puntillismo, tanto que estuvo muy cerca de hacer cuadros ilegibles, por la absoluta desaparición de contornos y la fragmentación absoluta de las formas en zonas de puntos multicolores.

Esa complejidad la tuvo que compensar, optando por formas muy sencillas, por eso se ve esa acentuación geométrica, a base de verticales y horizontales, lo que le aleja del naturalismo y le aproxima a la experimentación de interesantes esquemas. Es decir, es un buen ejemplo de la evolución que en pocos años está sufriendo la pintura camino de las vanguardias de las primeras décadas del siglo XX, que dieron unos resultados en forma de Cubismo o de la pintura abstracta, completamente impensables a finales del siglo XIX.

El Puntillismo de Seurat, o de sus seguidores como Paul Signac, a veces también se ha llamado Neoimpresionismo, al parecer una consecuencia lógica de ese estilo. Sin embargo, la enorme paradoja es que pintores como Seurat eran extraordinariamente metódicos, mientras que el Impresionismo no tuvo nada de método, porque aunque hubo un interés por las teorías científicas sobre luz y color, los pintores impresionistas se dejaron llevar por su maestría y su intuición. Sin embargo, Seurat fue mucho más concienzudo y no dudó en empaparse de las teorías cromáticas y ópticas de estudiosos como el químico Chevreul o Charles Henry sobre el espectro solar, los contrastes simultáneos o la descomposición de la luz.