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Judith decapitando a Holofernes de Artemisia Gentileschi

Publicado por A. Cerra
Judith decapitando a Holofernes de Artemisia Gentileschi

Judith decapitando a Holofernes de Artemisia Gentileschi

Esta es una de las grandes obras de la pintora Artemisia Gentileschi (1593 – 1654), la gran pintora del Barroco, cuyo nombre realmente no es excesivamente conocido. Si bien en su época alcanzó bastante prestigio.

Se trata de un lienzo pintado al óleo hacia el año 1620 y que en la actualidad se expone en la Galería de los Uffizi, curiosamente muy cerca de varios cuadros de Caravaggio, con el cual a veces se le compara, dada la tremenda influencia de este artista en sus obras. Curiosamente Caravaggio también hizo un cuadro con la misma temática.

Esta de Judith decapitando a Holofernes podría ser un buen ejemplo de como trabajó los claroscuros y el realismo siguiendo las corrientes caravaggistas. Un obra de temática bastante truculenta y de una carga de brutalidad que la pintora dejó bien a las claras. Tanto es así que cuando entregó la obra a Cosimo II de Medicis quién se la había encargado, este mandó que el cuadro colgara en una estancia no muy frecuentada del Palacio Pitti, e incluso se dice que no le pagó, y que la pintora no la cobró hasta la muerte de Cosimo II y gracias a la intervención a su favor del propio Galileo Galilei, con el que le unía una sincera amistad.

La escena representa el triunfo de la heroína bíblica Judith. Un personaje que tenía que salvar a su pueblo de los asirios, comandados por Holofernes. Para ello, Judith, una mujer virtuosa y casta fue capaz de engatusar a su enemigo y finalmente rebanarle el cuello, de una forma tan brutal como la que vemos en el cuadro.

Una escena de lo más explícito como otras muchas que pintó Artemisia Gentileschi, ya que ella misma se fijó en este tipo de mujeres fuertes, porque la propia artista sufrió una violación de joven a cargo de su preceptor el paisajista Agostino Tassi, y ese hecho obviamente le marcó para toda su vida.

Y evidentemente una mujer como la Judith le atraía enormemente porque ella había sido capaz de ejercitar la violencia sobre su enemigo. Tanto es así, que en la Galería Palatina del propio Palazzo Pitti en la actualidad se conserva otra tela que representa a Judith y su doncella.

Incluso hay críticos que especulan que la pintora a la hora de hacer el rostro de su protagonista se hizo un autorretrato, y por supuesto, la cara de Holofernes recordaría a la de Tassi.

Aquel episodio de la violación le marcó no solo psicológicamente, sino también socialmente, ya que tuvo que sufrir un juicio realmente humillante, pese a que la culpabilidad del agresor quedó probada. Sin embargo, fue una mujer muy fuerte, capaz de luchar y levantarse hasta alcanzar bastante éxito en vida y trabajando para grandes mecenas italianos e ingleses. Si bien, solo con que digamos que consiguió vivir holgadamente de su arte ya sería de admirar, porque aquello no era nada fácil para las mujeres.