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La vocación de San Mateo, Caravaggio

Publicado por Laura Prieto Fernández

La producción artística de Caravaggio es una de las más amplias y variadas, grandes obras han salido de los pinceles del artista italiano, pero si tuviésemos que elegir tan sólo una de ellas, quizás la obra que aquí nos ocupa sería una de las más representativas de su carrera. La vocación de San Mateo es uno de los primeros encargos importantes que recibe el artista y una de las primeras en las que se aprecian las innovaciones llevadas a cabo por el artista con modelos naturalistas y juegos lumínicos novedosos. 800px-Caravaggio_(1571-1610)_-_De_roeping_van_Matteüs_(1599-1600)_-_Rome_San_Luigi_dei_Francesi_10-01-2011_12-07-56

La vocación de San Mateo es un óleo sobre lienzo que data de principios del siglo XVII, en torno al año 1601. Nos encontramos ante un lienzo casi cuadrangular y de grandes dimensiones cuyos lados rondan los tres metros y medio. La obra fue encargada en el año 1599 por el Cardenal Mateo Contarelli para la capilla Contarelli en la iglesia de San Luis de los Franceses en Roma; antes de su muerte el cardenal había dejado claras instrucciones de cómo debía ser la decoración de la capilla, basada en escenas de la vida de su santo, San Mateo. En un primer momento, los trabajos de decoración de la capilla fueron llevados a cabo por el artista manierista Giusseppino pero la intercesión del Cardenal Francesco del Monte hizo que las obras pictóricas fuesen destinadas finalmente a Caravaggio. Las pinturas representaban escenas de la vida de San Mateo y parece ser que ésta que aquí nos ocupa fue la primera en terminarse.

La obra está basada en las enseñanzas del Evangelio, representando el momento en el que Jesús entra en la casa de impuestos donde Mateo trabajaba, lo señaló y le pidió que lo siguiera; acto seguido el apóstol así lo hizo. La escena ha sido muy cuidada y estudiada, la composición divide al lienzo en dos zonas muy estudiadas, la parte superior está completamente vacía, en ella tan sólo encontramos una ventana y un potente haz de luz dorada que penetra a ala estancia desde un foco exterior, que queda fuera de la vista del espectador.

En la zona inferior, en cambio es donde transcurre la acción. Caravaggio ha ambientado la escena de una manera realista, así más que una casa de tributos, el lugar donde se desarrolla la acción parece el interior de una taberna de época. Los personajes también contribuyen a esa sensación ya que aparecen vestidos siguiendo la moda de época; en este sentido, debemos destacar como los elegantes ropajes de recaudadores de impuestos contrastan con las humildes vestiduras de Jesucristo que incluso aparece descalzo.

El dramatismo de la escena se intensifica con el gesto de Jesús que alza la mano señalando a Mateo, el único de los hombres que ni siquiera ha levantado la vista de las labores que le mantienen ocupado; este recurso nos recuerda a la postura de La Creación que Miguel Ángel utilizó en la Capilla Sixtina. Por primera vez Caravaggio utiliza un ambiente diario y cotidiano para representar un hecho milagroso, un recurso que también presentará en otros lienzos con posterioridad.