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Los cuatro Evangelistas de Jordaens

Publicado por A. Cerra
Los cuatro evangelistas de Jordaens

Los cuatro evangelistas de Jordaens

Este lienzo pintado al óleo es obra del pintor nacido en la ciudad belga de Amberes, Jacob Jordaens (1593 -1678), y en la actualidad se conserva en el Museo del Louvre de París.

La obra es un claro ejemplo de la pintura religiosa barroca en los Países Bajos. Una temática que este pintor trató en varias de sus obras como en La Sagrada Familia con un ángel. Si bien no se dedicó en exclusiva al arte sacro y también trató en sus obras otros asuntos de temática popular como en Los Músicos Ambulantes, e incluso retratos como en El pintor y su familia.

Lo cierto es que Jordaens procedía de una familia católica pero se acabó convirtiendo al Protestantismo. Y políticamente fue partidario de los Orange. Por ello con el paso del tiempo sus pinturas cada vez fueron menos religiosas, e incluso llegaron a ser imágenes bastante anticatólicas.

En este caso vemos una imagen en la que nos presenta a los tres Evangelistas más viejos rodeando al más joven, o sea, San Juan. Y todos ellos parecen estar repasando las escrituras que les han sido inspiradas.

Al tratarse de una obra del periodo barroco se pueden apreciar diferencias con otras pinturas de siglos precedentes. De hecho, hasta el siglo XV los evangelistas siempre eran prototipos, y no es hasta el Renacimiento florentino cuando se comienzan a presentar como personajes individualizados. Más tarde, el propio Miguel Ángel les dedicó estudios profundos y finalmente sería Caravaggio quién los convirtiera en hombres del pueblo.

Y así los vemos en este cuadro que Jordaens pintó aproximadamente entre los años 1620 y 1625, es decir, durante su primer periodo artístico.

Si lo comparamos con otro pintor flamenco coétaneo como Rubens, podemos apreciar que su técnica es completamente diferente. Porque mientras Rubens hacía mucho uso de las veladuras, en el caso de Jordaens, éste tiende a trabajar mucho más con empastes y semiempastes de color, lo cual acentúa enormemente la presencia rotunda de los personajes. De hecho, muchos historiadores del arte lo consideran una especie de Rubens de tono menor, y aunque sería el mejor exponente que vivía Flandes en el siglo XVII, su arte carece de la formación clásica de Rubens y también de la finura de Anton Van Dyck.