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Los desposorios de la Virgen, Rafael

Publicado por Laura Prieto Fernández

Los desposorios de la Virgen es obra del artista renacentista Rafael de Sanzio (1483-1520) que data de 1504, a comienzos del Quattrocento italiano. La obra fue un encargo de una poderosa familia florentina con origen alemán, los Albizzini y su destino era una pequeña capilla en la Iglesia de San Francisco de Castello.

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Esta obra de gran formato (1´74m x 1´21m) fue realizada en óleo y temple sobre tabla y constituye uno de los mejores ejemplos de pintura renacentista. La obra de Rafael tiene claros precedentes del que, tradicionalmente, se ha considerado su maestro Pietro Perugino; de hecho los desposorios de la Virgen de Rafael están íntimamente ligados a dos obras de su maestro: La entrega de las llaves a San Pedro un fresco pintado para el Vaticano y una obra con la misma temática que Rafael pintada por Perugino el mismo año, Los desposorios de la Virgen. Rafael sigue a su maestro en cuanto a organización espacial y búsqueda de armonía pero su pincelada ligera y firme confiere a la obra una calidad insuperable.

En la obra del de Urbino se aprecian dos zonas con una marcada división: El primer plano está reservado para el conjunto de personajes mientras que en el fondo es ocupado por una construcción. En cuanto a los personajes podemos destacar la presencia de los protagonistas en la zona central, San José le coloca el anillo a la Virgen María en presencia del sumo sacerdote. Este grupo principal aparece ataviado a la manera antigua mientras que la corte de hombres y mujeres que aparecen tras los esposos lo hace según la moda del XIV. Especial mención meceré la figura de un hombre situado en la esquina inferior izquierda que con un escorzo rompe una vara con la rodilla simbolizando su renuncia a María con la que pretendía casarse.

Un suelo enlosado nos trasporta con gran profundidad hasta edificación que ocupa la parte del fondo. Es un templete de dieciséis lados con planta centralizada y pórtico columnado que se cubre con cúpula y se remata en una linterna. La construcción remite al martyrum de San Pietro in Montorio de Bramante. La edificación centralizada hace referencia a la perfección divina plasmada igualmente en la figura de María y en el sacramento del matrimonio.

La profundidad está remarcada por la disposición de las figuras en primer término y los pequeños personajes que aparecen en la plaza, además la puerta abierta del templete permite observar el paisaje que se desvanece al fondo. La superposición de planos ha sido creada con gran elegancia y naturalismo siguiendo los cánones del arte renacentista.

La composición de friso horizontal de los personajes aparece contrarrestada por la verticalidad del edificio. La pincelada sencilla y limpia de Rafael otorga a sus figuras gracia y elegancia. La luz clara y diáfana es natural y se extiende por todo el cuadro de manera uniforme.

Los desposorios de la Virgen permanecieron en la capilla de los Albizzini hasta la invasión napoleónica. Un conocido marchante se lo compró al oficial del ejército napoleónico para donarlo al hospital de Milán. Hoy el cuadro se exhibe en la Pinacoteca Brera de Milán.