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Napoleón atravesando los Alpes de David

Publicado por A. Cerra
Napoleón atravesando los Alpes de David

Napoleón atravesando los Alpes de David

Esta es una de las distintas obras en las que el más prestigioso pintor del arte neoclásico, Jacques Louis David retrató a Napoleón Bonaparte, y eso que las relaciones entre el artista y el gobernante no eran demasiado buenas, ya que David se involucró mucho en política y fue un claro seguidor de Robespierre.

Además Napoléon era más partidario de una pintura un poco más romántica y le gustó siempre más el modo de pintar de otros creadores como Antoine Gros, el cual le retrató en varias de sus campañas militares. Sin embargo David era el artista más valorado de su tiempo y por lo tanto tenía que ser pintado por él.

Tal vez porque no congeniaban y por que David intentó hacer una imagen demasiado romántica, lo cierto es que no la podemos considerar la mejor obra del pintor, y en realidad es un intento no logrado de querer crear el modelo para la iconografía de un héroe.

David seguramente era demasiado frío para este tipo de obras, y todo parece un poco acartonado. Sin embargo hay detalles muy interesantes, como el retrato en sí del personaje, sin duda de una enorme calidad. Y además es interesante valorar como es capaz de incorporar discretos elementos que fijan la escena en el espacio y en el tiempo, haciendo alusión con los cañones del fondo y los personajes a episodios realmente acaecidos antes de 1800, cuando realizó la obra.

Y también es interesante el modo de animar la escena, algo que sobre todo consigue mediante la composición, en la que se ve en posición oblicua tanto al caballo como a la montaña, lo que le da cierto dinamismo a la imagen. Además se puede apreciar el modo en el que refuerza el protagonismo de la figura haciéndola contrastar enormemente con sus tonos rojos y flancos sobre un cielo azul y grisáceo.

Sin duda alguna, estamos ante una obra de aparato como otras que realizó David, como la dedicada a la Coronación de Napoleón. Unas obras en las que prima más el objetivo de magnificar al personaje que su interés por ser un cronista de su tiempo, como si ocurre en otras de sus creaciones como puede ser el Juramento del Juego de Pelota, que representa un episodio clave de la Revolución Francesa con el que se identificaba mucho más que con la figura del emperador.