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Paz y Guerra de Rubens

Publicado por A. Cerra
Paz y Guerra de Rubens

Paz y Guerra de Rubens

El título completo de este enorme lienzo (203 x 298 cm) pintado al óleo por Pieter Paulus Rubens es Minerva protege a Pax de Marte. La obra la realizó entre los años 1629 y 1630 y en la actualidad se conserva en la National Gallery de Londres.

Semejante título no solo especifica el contenido que nos presenta Rubens con su característico estilo barroco. En realidad también tiene un claro mensaje político que hay que entenderlo en el contexto del momento histórico en el que lo realizó.

En realidad, la labor de Rubens fue mucho más allá de su trabajo como genial artista. Sus buenas relaciones con muchos de los monarcas europeos, hizo que en muchas ocasiones también trabajara como una especie de diplomático que iba de corte en corte. En este caso y durante esas fechas el pintor era un enviado del rey Felipe IV de España, quién le encargo esta gran obra para que se lo entregara al rey Carlos I de Inglaterra, y con ella el monarca español le estaba planteando al inglés un intento de negociar la paz entre ambos reinos.

Hay que tener en cuenta que Rubens fue un trabajador incansable, tremendamente prolífico. Además poseía una personalidad aplastante y viajaba mucho por toda Europa relacionándose con las élites gobernantes. Por ello era un personaje ideal para establecer lazos en la distancia entre terceras personas.

Pero más allá de las intenciones políticas, lo cierto es que la obra es una exquisita creación artística. En ella todo es movimiento. La mirada del espectador constantemente se va desplazando por el lienzo guíada por la maestría de Rubens, un pintor que supo como pocos crear ese dinamismo tan propio del arte barroco. De hecho algunos críticos de arte ven paralelismos entre ese modo de pintar y de dirigir la visión del espectador con la labor de un director de cine.

Si leemos la obra de izquierda a derecha, como es lo más habitual, el movimiento de la mujer del extremo izquierdo que nos da la espalda nos empuja hacia el centro. Esa manera de guiarnos se refuerza con los propios ropajes de la figuras o con las masas de color de las zonas de su cuerpo desnudas. Además esos tonos blancos de los torsos desnudos e incluso de los niños del primer término también actúan como paradas en nuestra mirada. Pero de nuevo los gestos de los niños y sus ropas nos llevan la vista hacia las figuras centrales y protagonistas, los personajes mitológicos, Marte, dios de la guerra, Minerva, diosa de la sabiduría y Pax, la personificación de la paz. Es decir, se recurre la cultura grecolatina y la mitología para plantear un paralelismo con la situación geopolítica del siglo XVII en Europa.