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Puente sobre el Singel en Paleisstraat de Breitner

Publicado por A. Cerra
Puente sobre el Singel en Paleisstraat de Breitner

Puente sobre el Singel en Paleisstraat de Breitner

No podía haber mejor lugar para albergar esta imagen histórica de Amsterdam que el Rijksmuseum de la capital holandesa, ya que el autor de esta obra, Georges Hendrik Breitner (1857 – 1923) fue el pintor por antonomasia de algunas de las estampas más famosas de l vida cotidiana en Amsterdam a finales del siglo XIX.

De hecho, a Breitner se le considera el pintor de estilo impresionista más importante de su país, y sin duda este cuadro del Puente sobre el Singel en Paleisstraat es una de sus grandes obras maestras. Una tela que realizó entre los años 1896 y 1898.

En la imagen se ve una escena muy habitual en la ciudad, visible en cualquiera de los crudos inviernos que allí se sufren. Aquí vemos varias personas que están cruzando uno de los puentes que salvan la multitud de canales de Amsterdam. Todas esas personas van completamente abrigadas, ya que como se puede ver en el pavimento de la Paleisstraat, todo está cubierto por el blanco de la nieve.

A primera vista llama la atención el encuadre. Sin duda es un punto de vista que tiene mucho que ver con una instantánea fotográfica, arte que comenzaba a surgir por aquel entonces. E incluso casi podría parecer un toma de cine. Es como si todos personajes del cuadro caminaran hacia la cámara. Pero entre todos uno especialmente. Se trata de la mujer que protegida bajo su gorro y con una gruesa estola de piel ocupa el primer plano y el centro de la imagen.

De ella, vemos poco menos que la mitad de la figura. Pero ella sigue caminando, dando la impresión de que se va a salir de plano y de la imagen.

Absolutamente todo en la tela transmite la idea de inmediatez, de velocidad, ya que todos los transeúntes caminan bastante rápido para protegerse del frío. Y el pintor ha sabido captar los gestos que nos proporcionan esa idea de movimiento, de prisa y de bajas temperaturas. Pero además para lograr todas esas sensaciones también es muy importante el propio método de pintar de Breitner, un artista que trabajaba a gran velocidad, a base de pinceladas sueltas y muy nerviosas.

De hecho, si se tiene la suerte de contemplar el original de esta obra en el museo holandés, merece la pena aproximarse al cuadro y observarlo con detenimiento en la distancia corta. Por ejemplo, las figuras de las niñas que hay a la izquierda o el pequeño perro que está cruzando el puente. Al observarlos de cerca se ve que estos personajes están compuestos por pinceladas sueltas, casi independientes unas de otras, y que solo alcanzan un significado de conjunto al contemplar el cuadro a cierta distancia y viendo toda la imagen al mismo tiempo.