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Retrato de un joven de Ambrosius Holbein

Publicado por A. Cerra
Retrato de un joven de Ambrosius Holbein

Retrato de un joven de Ambrosius Holbein

Ambrosius Holbein (1495 – 1519) fue un pintor alemán hijo de Hans Holbein el Viejo. Y como se puede observar en las fechas de nacimiento y defunción, tuvo una vida bastante corta con una muerte prematura. Sin embargo, en sus pocos años de vida llegó a pintar destacadas obras como este Retrato de un joven que se conserva en el museo del Ermitage de San Petersburgo.

En la obra vemos como el retratado aparece sobre un fondo de paisaje arquitectónico, en el que se distinguen numerosos detalles que recuerdan a la arquitectura milanesa de fortificaciones. Por ello y sin saberlo a ciencia cierta, los historiadores especulan con que tal vez Ambrosius Holbein llegó a viajar a la región italiana de la Lombardía.

Porque no sólo es una influencia italiana ese tipo de arquitectura, sino que también se aprecian otros elementos propios de la pintura renacentistas del país transalpino. Por ejemplo, es más que valorable la minuciosa elaboración que vemos del claroscuro. Así como es muy propio de los ideales estéticos del Renacimiento la cuidada y correcta proporción que nos plantea entre el joven retratado y la arquitectura del fondo.

Mientras que no olvida sus raíces germánicas, ya que todo lo que sabía prácticamente lo aprendió de su padre Hans Holbein el Viejo. A esa influencia se debe su agudo método gráfico, o sea su enorme capacidad para el dibujo, en el que se explaya a la hora de pintar los motivos arquitectónicos y decorativos del fondo de la imagen. Ese gusto por el detalle también era propio de una persona que aprendió técnicas de orfebrería y de grabado en sus comienzos, algo que era muy habitual en aquellos tiempos, porque los artistas, primero siendo prácticamente artesanos, empezaban trabajando en diferentes disciplinas y tomando de cada una de ellas unas nociones básicas.

De hecho, el mayor éxito que cosechó en su corta vida Ambrosius Holbein fue realizando obras de pequeño formato y también trabajando como prestigioso ilustrador en su ciudad de adopción, la ciudad suiza de Basilea a la que llegó acompañado de su hermano Hans Holbein el Joven en el año 1516. Allí residiría hasta su muerte tan solo tres años más tarde, un tiempo en el que formó parte del Gremio de Pintores de Basilea y donde acabó alcanzando la ciudadanía. De hecho, en el Museo de Arte de Basilea se conserva la gran mayoría de sus obras.

Con la importante excepción de este Retrato de un joven, cuya calidad pictórica es indudable, y tiene todo para haberse convertido en una imagen emblemática, porque guarda un enigma que todavía los historiadores no han sido capaces de descifrar. Se trata del anagrama que aparece en el frente de la gorra que cubre al muchacho, cuyo significado nadie ha podido resolver cinco siglos después.