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San Lucas pintando a la Virgen, Van der Weyden

Publicado por Laura Prieto Fernández

La obra de Roger Van der Weyden San Lucas dibujando a la Virgen o La Virgen de San Lucas no es quizás pintura más conocida -el pintor flamenco ha pasado a la historia del arte por grandes obras como El Descendimiento de la cruz pintado en 1436 o El políptico del Juicio Final de 1445- sin embargo esta pequeña pieza resulta muy interesante para poder comprobar las influencia que los artistas ejercían entre sus contemporáneos. En esta ocasión nos encontramos ante una obra de medio formato – 135cm de altura por 110 cm de anchura- que fue realizada en óleo sobre tabla de roble y que actualmente se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Boston, Estados Unidos.

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Roger Van der Weyden (1400- 1466) es una de las figuras más destacadas de la escuela flamenca. En realidad, no son muchos los datos que tenemos acerca de su vida, parece que el artista consiguió se formó en la localidad de Tournai y posteriormente se trasladaría a Bruselas donde estableció su residencia. El artista viajó por Italia donde pudo conocer los inicios del Renacimiento que influirían en sus obras. En cuanto a su estilo son características las representaciones religiosas con un marcado tono de patetismo y figuras que destacan por su solidez corpórea. Sin embargo, a día de hoy, no se conserva ninguna obra suya firmada por lo que todo en lo que podemos basarnos son atribuciones.

Por los pocos datos que se conservan de su biografía parece ser que Roger Van der Weyden nunca llegó a conocer a conocer a Jan Van Eyck y sin embargo la Virgen de San Lucas presenta un gran parecido con una de las pinturas más conocidas de Van Eyck, La Virgen del Canciller Rolin.

Van der Weyden nos presenta una escena basada en la Leyenda Aurea de Jacopo de la Vorágine, un libro en el que el dominico recopila la vida de diferentes santos y que fue uno de los más afamados en época medieval. En él se cuenta como la Virgen se apareció varias veces a San Lucas y éste decidió retratarla. Es una escena de interior en la que los personajes se disponen en los laterales de la tabla: a la derecha la Virgen que está sentada en un pequeño escaño mira con ternura a su hijo mientras lo amamanta; en la zona izquierda San Lucas con papel y punta de plata realiza un pequeño boceto de la imagen. Es una imagen tierna y llena de admiración hacia la Virgen. Con ella se pretende explicar la iconografía mariana tradicional además de hacer un guiño a San Lucas, patrón de los pintores.

El punto de fuga se encuentra en medio de las dos figuras y nos lleva hacia una galería exterior donde podemos ver dos pequeñas figuras que miran el horizonte y que tradicionalmente se han identificado con los padres de la Virgen, San Joaquín y Santa Ana. El artista ha utilizado la misma composición que Van Eyck lo que demuestra el fuerte trasvase de influencias que había en la zona norte de Europa y que hizo de este foco artístico uno de los más destacados del inicio de la época renacentista.