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Serie de los meses del año, Brueghel el Viejo (I parte)

Publicado por Laura Prieto Fernández

A lo largo de la historia son muchas las representaciones que se han hecho de los meses del año, desde la Antigüedad Clásica a la Edad Media los meses del año han formado parte de la iconografía tradicional tanto en el ámbito pictórico como en el escultórico. Sin embargo las obras que aquí analizamos no pretenden ser una representación tradicional y al uso del año pese a que se ha configuran igual que se hacía con os meses, representándolos a través de los trabajos que en ellos se desempeñaban.

Pieter Brueghel (1525 – 1569) apodado como El Viejo para diferenciarlo de su hijo y también pintor, Pieter Brueghel el Joven, fue una de las figuras centrales de la pintura renacentista flamenca. Su fama traspasó fronteras en el tiempo y no sólo por ser el precursor de una larga saga de artistas sino porque Brueghel creó un estilo pictórico propio que se basaba en la representación de la vida de los campesinos de su época de una manera detallada y verídica; estas escenas de género son incorporadas por el artista en todas sus producciones sin importar siquiera si se trata de una escena religiosa o un sencillo paisaje.

Brueghel el Viejo fue un pintor que se destacó por su habilidad para capturar la esencia de la vida cotidiana y la naturaleza en sus obras. Sus pinturas son famosas por su detallismo y su habilidad para retratar la vida rural de su época con una precisión casi fotográfica. Su uso del color y la luz, así como su atención al detalle, hacen que sus obras sean inmediatamente reconocibles y muy apreciadas por los amantes del arte.

A mediados del siglo XVI, concretamente en el año 1565, el artista realizó una serie de seis cuadros pintados en la técnica de lienzo sobre tabla, cada uno de los cuadros representa dos meses distintos de modo que la serie completa el año. En la actualidad lamentablemente la serie no se encuentra concreta ya que la pieza correspondiente a los meses de abril y mayo se ha perdido. 800px-Pieter_Bruegel_the_Elder_-_Hunters_in_the_Snow_(Winter)_-_Google_Art_Project

La serie comienza con el lienzo de los Cazadores en la nieve que representa a los meses de diciembre y enero. La obra se exhibe en la actualidad en el Museo de Historia del Arte de Viena y en ella podemos observar en primer plano dos cazadores que se colocan en diagonal y son seguidos por sus perros. La potente del lienzo nos trasporta una ciudad con dos grandes lagos helados. El dominio del color blanco correspondiente a la nieva es llamativo con respecto a las diminutos personajes que practican juegos de invierno además de presagiar la importancia de este tema que posteriormente tratarán los artistas barrocos.

El segundo de los lienzos, conocido como Día triste o Día nublado.

300px-Pieter_Bruegel_de_Oude_-_De_sombere_dag_(vroege_voorjaar) representa los meses de marzo y abril. Nos encontramos ante un día encapotado con un paisaje desolado y unos personajes que parecen estar comiendo gofres, algo típico del carnaval en el norte de Europa. La atmósfera cargada lo baña todo y los juegos de luces y sombras matizan el lienzo.

El tercer lienzo, titulado La cosecha, representa los meses de julio y agosto. En él, Brueghel retrata la laboriosa tarea de la recolección del trigo en el campo. Los campesinos, bajo el sol del verano, trabajan incansablemente mientras en el fondo, se puede observar una aldea con sus casas y su iglesia. Esta obra es un claro ejemplo de cómo Brueghel logra capturar la esencia de la vida rural y la belleza de la naturaleza en sus pinturas.

El cuarto lienzo, La vendimia, representa los meses de septiembre y octubre. En esta pintura, Brueghel retrata la recolección de la uva, una actividad típica de estos meses. Los campesinos, con sus cestas llenas de uvas, trabajan en los viñedos bajo el sol del otoño. Al igual que en las otras pinturas de la serie, Brueghel logra capturar la belleza de la naturaleza y la vida rural con una precisión asombrosa.

La serie de Brueghel es un testimonio de la vida rural de su época y una obra maestra del arte renacentista. A través de sus pinturas, podemos apreciar la belleza de la naturaleza y la laboriosidad de los campesinos, así como la evolución de las estaciones del año. A pesar de la pérdida de la pieza correspondiente a los meses de abril y mayo, la serie sigue siendo una de las más apreciadas en el mundo del arte.