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Última cena, Tintoretto

Publicado por Laura Prieto Fernández

La última cena es una obra realizada en óleo sobre lienzo por el artista renacentista Jacopo Comin, más conocido como Tintoretto (1518 – 1594). Éste fue uno de los grandes maestros de la escuela veneciana y en sus obras se aprecian los últimos pasos del arte clasicista en pro de las formas más manieristas que ya se anunciaban en Roma de la mano de Miguel Ángel.

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Parece ser que Tintoretto comenzó su formación de la mano de Tiziano otro gran artista de la pintura veneciana, sin embargo la relación entre ambos nunca llegó a ser realmente fluida por lo que Tintoretto pronto abandonó el taller de su maestro para comenzar una formación autodidacta. En su estética son apreciables las influencias de Miguel Ángel, de la escuela toscana o las incipientes formas manieristas.

La última cena es una de las obras que el artista realizó antes de morir. Encargado por la basílica palladiana de San Giorgio Maggiore en Venecia, el conjunto se completaba con dos obras más que servirían para ornamentar el templo: La recogida del maná y La Deposición.

Pese a ser un tema muy tradicional el artista ha optado por una composición muy novedosa, la figura de Jesucristo, lejos de ser el eje central del cuadro aparece marginado en una esquina, los protagonistas de la escena se mezclan con personajes secundarios y la ambientación tiene una extraña mezcla entre lo mundano y lo divino que ofrece un aspecto de ensoñación.

Tintoretto representó la escena en un interior clasicista, en la estancia son apreciables las columnas clásicas con la techumbre casetonada de madera. La mesa se dispone en una fuerte diagonal con los personajes diseminados a su alrededor ocupando gran parte del espacio. Los apóstoles se presentan en grupos animados por una elocuente conversación que permite establecer relación entre los personajes, tan sólo Judas el traidor que está sentado en el lado contrario de la mesa parece quedarse más al margen.

Los personajes presentan un gran realismo y detallismo que se hace patente en la representación de la calidad táctil de las telas, los objetos presentados en la mesa y los gestos o ropajes de los personajes. En contraposición ciertas zonas en la profundidad del cuadro presentan un aspecto inacabado que nos permite relacionarlo con las obras de Miguel Ángel, también relacionándose con las formas del florentino encontramos las formas alargadas de las figuras que trasmiten una ligera crisocefalia siguiendo las formas clasicistas.

La luz procede de focos bien definidos: por un lado la lámpara que cuelga del techo sobre la mesa de la cena y en el fondo por el fuego de la cocina otorgan a la escena de una luz realista, los apóstoles y Cristo presentan nimbos de luz irreal que también iluminan la escena.

En la zona superior aparece representado el mundo celestial que se contrapone a la escena mundana que se representa en el inferior; en él, figuras de ángeles ligeramente fantasmagóricas y etéreas surcan el techo de la estancia. Éstos se arremolinan en torno a la lámpara descendiendo a gran velocidad y mezclándose con las nubes.