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Venus de Urbino, Tiziano

Publicado por Laura Prieto Fernández

La Venus de Urbino es una obra pictórica realizada en óleo sobre lienzo por el artista renacentista Tiziano Vecelio más conocido, simplemente, como Tiziano (1477- 1576). La obra fue producida durante la estancia del artista en la corte de Urbino como encargo del hijo del duque de la ciudad, Guidobaldo della Rovere.

La obra representa a una figura femenina muy sensual que aparece desnuda en un lujoso lecho, la escena está ambientada en el interior de una lujosa edificación palaciega de Venecia. Al fondo dos sirvientas rebuscan en un arcón ropero de tipo nupcial.

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La joven de largos cabellos y voluptuosas formas, aparece completamente desnuda pero tapando con una mano su sexo por lo que nos encontraríamos ante una venus púdica. Como único adorno porta una bella pulsera de brazalete y unos pendientes de lágrima. Aparece recostada sensualmente, con la mirada fija en el espectador y en su brazo derecho sostiene un ramillete de flores. A sus pies la figura de un perro descansa plácidamente; su presencia no es en absoluto banal ya que el perro desmitifica la posibilidad de asemejar a la joven con una diosa, la hace carnal, humana. Por otro lado su simbología se relaciona comúnmente con la fidelidad aunque en este caso aparece dormido por lo que se puede interpretar como un guiño al adulterio.

Si bien es cierto que Tiziano pudo inspirarse en la Venus de Giorgione, su obra se muestra mucho más contemporánea y desligada de las premisas renacentistas. La venus de Giorgione es una auténtica diosa mientras que Tiziano plasma a una mujer real. Las diferentes interpretaciones han relacionado a la joven con alguna cortesana de la época o quizás, con la futura esposa de Guidobaldo della Rovere.

En la estancia contigua las criadas se afanan en sus tareas: una de ellas aparece en un potente escorzo agachada dentro del arcón la otra, ajena a la mirada del espectador, ayuda a su compañera en las tareas. A su lado un amplio ventanal nos permite observar el paisaje veneciano, el cielo que es rasgado por la figura de un árbol augura tormenta.

El realismo de la composición viene acentuado por el detallismo con el que el artista plasma cada detalle. El palacio veneciano esta ricamente decorado, las baldosas cuidadosamente colocadas guían la mirada del espectador hacia la segunda habitación y la columna del ventanal actúa como punto de fuga.

La composición aparece dominada por la figura horizontal de la muchacha que contrasta con el verticalismo del cortinaje y la presencia de la columna del ventanal.

La maestría que Tiziano demuestra en el colorido le permite presentarse como uno de los mejores representantes de la escuela veneciana. La pálida encarnación de la joven venus contrasta con el cortinaje que tiene a su espalda y con la paleta más fría y oscura de las sirvientas.

Pese a ser la primera Venus pintada por Tiziano su maestría y calidad no tiene duda, de hecho la Venus de Urbino será el modelo de otra de las Venus más famosas de la historia del arte La Olimpia de Manet.