Vistas de la Catedral de Salisbury, Constable
Jonh Constable es uno de los máximos representantes de la estética romántica en Inglaterra y uno de los pintores más conocido del siglo XIX.
Jonh Constable nace en Suffolk en 1776, esta región de Inglaterra se convertirá para el artista en una de sus musas volviendo a ella incansablemente para retratarla una y otra vez. Hijo de un molinero su formación como artista comenzó de manera autodidacta hasta que se traslada a Londres en 1795. Allí establece relación con la familia Fisheren o Fisher y con algunos de sus primeros mecenas como el duque de Dysart, son estas amistades las que convencen al artista –más bien a su padre- para ingresar en la Academia de Bellas Artes de Londres.
Impulsor de la pintura plain- air que más tarde seguirán los impresionistas, Constable evolucionó en sus obras desde una naturaleza idealizada a estudios más realista con una verdadera preocupación por captar lo que el denominaba como “claroscuro natural” y no era otra cosa que las variaciones lumínicas de la atmósfera.
A partir de 1816 comenzó a realizar las obras cumbres de su carrera artística como El Caballo banco, El Carro de Heno… de esta época también son las pinturas y dibujos de la Catedral de Salisbury. En 1824 consiguió la medalla de oro en el Salón de Paris de 1824, sin embargo el reconocimiento en su Inglaterra natal aún tardaría algo más en llegar. Cinco años más tarde fue elegido miembro de la Real Academia de las Artes en Londres pero la muerte de su mujer empañó la que debería haber sido una de las mejores etapas de su vida. Constable nunca llegó a recuperarse de su pérdida y murió el 31 de Marzo de 1937.
La íntima amistad que el artista mantenía con la familia Fisher hizo acudiera un buen número de veces a Salisbury, donde el tío de su amigo –obispo de Salisbury- se convirtió en uno de sus más famosos mecenas. Así son numerosas las obras, dibujos o apuntes que encontramos de este paisaje y muy especialmente de su catedral. En sus obras no sólo se capta la representación del paisaje, también encontramos un profundo estudio de la luz y la atmósfera del lugar.
Así, en el lienzo pintado en 1825 la Catedral aparece a lo lejos y sus formas se desdibujan por la presencia del aire, una evocación que combina el sfumato leonardesco con la estética impresionista. En las ocasiones en las que el artista incorpora algunos personajes, en el lienzo de 1828 aparece el obispo y su esposa, éstos son diminutos casi un pequeño accesorio de la naturaleza imponente.
Quizás la representación más conocida de éste paisaje sea la realizada en 1831, pintado tras el fallecimiento de su esposa, la agonía del artista se hace palpable en el lienzo. Los colores ya no son claros y luminosos, todo lo contrario. Constable ha representado un día de tormenta en el que el arcoíris se ha dibujado en el cielo como la premonición de un tiempo mejor. Aparece un fresno como símbolo de la vida pero también una sepultura que representa la muerte.
