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Transparente de la Catedral de Toledo

Publicado por Laura Prieto Fernández

El transparente de la Catedral de Toledo es una de las joyas diseñadas por el arquitecto Narciso Tomé durante el siglo XVIII. La idea de transparente fue uno de los elementos más populares de la estética barroca; ligado a la concepción teatral de la escenografía barroca, el transparente era una combinación magistral de elementos arquitectónicos, escultóricos, pictóricos y lumínicos que se enlazaban de alguna manera para ensalzar la divinidad de los misterios de la religión.

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En esta ocasión nos encontramos ante una trabajadísima obra que fue encargada por el Cabildo de la Catedral de Toledo y que Narciso Tomé realizó en colaboración con sus hijos entre 1720 y 1732.

En realidad parece un poco extraño que el encargo del transparente recayera sobre Tomé. Por aquellos años Teodoro de Ardemans dirigía las obras de la Catedral con gran acierto y premura, quizás los trabajos que también realizaba en el Real Sitio de la Granja no le dejaran demasiado tiempo para aceptar nuevos proyectos. Sea como fuere lo que sí es cierto es que el Canónigo de la Catedral, Fernando Merino y Franco encargó a Tomé la realización de esta monumental obra. Ambos procedían de la villa zamorana de Toro y quizás esto fuera suficiente razón para que Tomé fuera el elegido.

El arquitecto realiza un elaborado proyecto que se sitúa en la parte trasera de la girola, tras el altar mayor, y en el que se representa la Magnificencia y Apoteosis del Santo Sacramento de la Eucaristía. En realidad el transparente está considerado más como una obra arquitectónica que escultórica, su finalidad consistía en la iluminación –por la parte posterior- del sagrario del altar principal. Así la obra de Tomé recibe la luz de la zona superior y la proyecta a través de su óculo central hacia el sagrario del altar.

Está diseñado como si de un altar de tres cuerpos – el central más ancho e importante que los laterales- se tratara. Su estructura cóncava contrasta con la convexidad de la girola sobre la que se dispone creando así un juego de curva y contra-curva muy típico de la estética barroca.

En la zona inferior aparece una especie de banco o predela sobre la que se levanta el conjunto y una pequeña mesa de altar ricamente decorada. En la parte inferior del retablo aparece la conocida como Virgen de la Buena Leche, una preciosísima escultura realizada en mármol de Carrara y flanqueándola dos relieves con escenas de la historia de David.

En el segundo cuerpo es donde aparece plenamente desarrollado el transparente que ilumina el sagrario; en él encontramos dorados rayos de un sol broncíneo rodeado de ángeles y arcángeles que se encuentran en diversas posturas. El conjunto aparece rematado en la zona superior por una representación de la Última Cena, primera eucaristía. En última estancia aparecen tres figuras alegóricas representando la Fe, la Caridad y la Esperanza.

En los laterales del conjunto aparecen figuras de los santos Eugenio y Leocadia en la zona de la izquierda y san Ildefonso y santa Casilda en la derecha.