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Michelangelo Merisi-Caravaggio (1571-1610)

Publicado por Cristina

Michelangelo Merisi-CaravaggioIndependiente, original y violento (mató a un hombre y vagabundeó los últimos años de su corta vida), fue un pintor revolucionario.

Heredó de la pintura veneciana, sobre todo de Tintoretto, los contrastes de luz y de sombra (claroscuro) y partiendo de esto, inventó un recurso técnico que constituye la principal aportación de la pintura italiana, al Barroco: el tenebrismo (presentar los objetos y a las personas sobre un fondo oscuro, destacando las partes más significativas con luz fuerte y dejando el resto en penumbra). Así acentúa el dramatismo, lo hace efectivo y teatral y evidencia e intensifica los gestos de los personajes al destacarlos sobre la propia oscuridad.

Otro de los rasgos de su pintura es el interés por la realidad, incluso la más cruda y desagradable. Para sus personajes religiosos, toma modelos de la calle: los santos son mendigos, taberneros o gente de la chusma. Pero la vulgaridad de sus tipos no quita a sus cuadros emoción religiosa, sino que, en combinación con la luz dramática y el gesto de los personajes, acaba produciéndola.

Con todo ello, su obra fue más atacada por la Iglesia que apreciada, a pesar de que conectaba con los valores promulgados por la Contrarreforma y de que el cristiano del pueblo se identificara con los santos, la Virgen y Jesucristo viéndolos como personas normales; pero sus tipos eran vulgares y la jerarquía, por el peligro que suponía de falta de respeto, no los aceptó.

En sus primeros cuadros (ejemplo, San Juan Bautista), se muestra aún distante del tenebrismo, pero manifiesta ya una nueva concepción pictórica: frente a temas grandiosos, llenos de personajes, plantea cuadros sobrios, con pocos personajes, reflejando al hombre y a las cosas cotidianas; el paisaje desaparece y pasa a primer plano la naturaleza muerta. En la composición, las figuras aparecen cortadas por una mesa, o el marco de un cuadro. No se interesa por el espacio, los fondos son neutros (más adelante tenebrista), pero la luz ya busca el efecto expresivo: bordea las formas y destaca elementos (por ejemplo, la cara y la mano en el Niño Mordido por una Salamandra).

Vocación de San Mateo

En sus obras de madurez, el tenebrismo toma su plena configuración: los cuadros aumentan de tamaño; en los santos desaparecen todos sus atributos, nubes y coronas; se acentúa el dramatismo por el efecto de «luz claraboya» o de foco luminoso que se sitúa fuera de la tela y se concentra en manos y caras; hay un aire de misterio. En definitiva, el color queda subordinado a la luz y todo está impregnado de sombras. En Cristo con los discípulos de Emaús, aún no se desmitifica del todo el hecho religioso, pero se plantea su veracidad, buscando el contexto histórico de los personajes. La tensión dramática del tenebrismo se muestra sobre todo en La Vocación de San Mateo, la tela narra la conversión del apóstol, recaudador de impuestos. Sentado en una mesa con otros 4 personajes que cuentan dinero, por la derecha entran dos hombres, Jesús, y Mateo al que le invita a seguir; el rayo de luz que ilumina su rostro muestra la sorpresa del apóstol y recoge el momento intensamente dramático. Los personajes son como de la calle, incluso Mateo, con vestidos de época incurriendo en el anacronismo, de tal forma que cualquiera podría verse identificado con él. Concentra la atención en pocas figuras, grandes y en primer plano, desinteresándose del espacio en el que se ubican; la luz incide violentamente en los puntos en los que quiere que se concentre la atención del espectador. Finalmente, en la Muerte de la Virgen, cuadro que fue motivo de escándalo porque representa a una mujer ahogada en el río Tíber, rodeada de sus auténticos familiares llorosos.

Caravaggio no tuvo casi seguidores en Italia, a excepción de Ribera, pero su tenebrismo caló en artistas jóvenes extranjeros o su forma de hacer «pasó» por Roma, de manera que se extendió por toda Europa. En todos los países habrá una fase tenebrista y algunos como Zurbarán y Rembrandt realizarán gran parte de su obra en esta tendencia, mientras que Velázquez y Murillo, pasarán sólo por una fase inicial tenebrista.