Crucifixión de San Pedro, Caravaggio
La Crucifixión de San Pedro es uno de los cuadros más conocidos del artista barroco Caravaggio, en él se representa la muerte y martirio del primer obispo de Roma bajo una estética tan realista que cautiva al espectador. La obra hacía en su origen pareja junto con otro conocido lienzo de Caravaggio, La conversión de San Pablo camino a Damasco. Ambos lienzos fueron encargados por el cardenal Cerasi para decorar la capilla funeraria que éste había adquirido en el lado del Evangelio en la Iglesia romana de Santa María del Popolo.
Por aquel entonces, Caravaggio ya era una de las figuras artísticas más destacadas de toda Roma. Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571 – 1610) es una de los artistas barrocos más conocidos en toda la historia del arte. Nacido en Milán dentro de una acomodada familia, los Merisi hubieron de mudarse cuando la peste azotó la ciudad. Parece ser que el primer contacto del artista con los círculos del arte pudo ser de la mano de Simoni Peterzano; tras la muerte de su padre un jovencísimo Caravaggio se trasladó a Roma donde entró a formar parte del taller de Giuseppe Cesari. En poco tiempo el artista se convirtió en uno de los pintores más célebres y controvertidos de Roma, a menudo se encontró con varios pleitos por su carácter huraño y su particular punto de vista pictórico demasiado realista y provocador para la época.
En este contexto parece sencillo entender por qué el cardenal Cesari rechazó las primeras propuestas que el artista hizo para decorar la capilla del Popolo; el cardenal consideró que tanto los bocetos de la Crucifixión de San Pedro como de la Conversión de San Pablo resultaban demasiado arriesgados para su capilla y el artista hubo de realizar nuevas versiones de ambos lienzos. Según los historiadores del arte, la primera versión del San Pablo se encuentra hoy en el Hermitage de San Petersburgo mientras que la de San Pedro aún permanece desaparecida.
Realizado en óleo sobre lienzo la Crucifixión de San Pedro se trata de una obra de formato vertical que representa aun San Pedro de edad madura en el precioso momento de ser ajusticiado. El propio San Pedro pidió ser crucificado al revés para diferenciarse de Jesucristo. Así mientras tres hombres se disponen a llevar a cabo su ejecución el santo se incorpora en la cruz con un gesto de máxima desolación.
La obra presenta una composición relista; las figuras, completamente ajenas a la mirada del espectador, se disponen en fuertes escorzos que demuestran la maestría del pintor. Los personajes se han representados con gran naturalismo dentro de una escena que si bien se puede calificar de dramática, lo es sólo por la desgarradora historia que en ella se describe. En cuanto al cromatismo el artista ha utilizado una gama de colores terrosos dominando la composición. La luz es completamente tenebrista, típica del pintor, con foco de luz dorada que incide plenamente en los personajes mientras que el fondo permanece completamente sumergido en la oscuridad.