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Aparición de San Pedro Crucificado a San Pedro Nolasco de Zurbarán

Publicado por A. Cerra

Aparición de San Pedro a San Pedro Nolasco de Zurbarán

Francisco Zurbarán pintó todo un ciclo de pinturas para el Convento de la Merced y en ella se relataban diversos episodios de la vida de San Pedro Nolasco, su fundador. En otra ocasión, ya os hablamos de una de estas obras: la Visión Celestial. Y hoy toca hablar de esta Aparición de San Pedro Crucificado, un óleo sobre tela de 1629, que como el anterior se conserva en el Museo del Prado de Madrid.

En este caso nos presenta una escena donde los protagonistas son los dos santos. De hecho el fondo más neutro no puede ser, ya que ubica la escena sobre un fondo oscuro en el que no distingue ni suelo ni profundidad. Es un entorno irreal para esta aparición.

E igualmente la representación rezuma sencillez se mire por donde se mire. Solo dos personajes. Ambos pintados con el mismo realismo, si bien San Pedro está rodeado de un halo, que parece envolver la cruz suspendida en el aire. De hecho, el realismo en la figura, en su anatomía, en la mirada o en los paños que cubren sus órganos sexuales, es tal que nos parece real y natural esa postura invertida.

Ambas figuras se convierten en símbolos de oración y devoción precisamente por la sencillez. El artista juega con lo similar y con los opuestos. Son dos cuerpos, uno invertido y otro arrodillado, uno casi desnudo y el otro vestido con los hábitos, ambos mirándose, también ambos con los brazos abiertos, uno por obligación y otro por estupor ante la escena. Los dos personajes ocupan por completo el espacio de la tela y con ese fondo, parece que todo está flotando, mientras las dos figuras forman una composición a base de dos diagonales paralelas.

Y además de eso está la materialización de la luz que ha sabido crear Zurbarán, el cual aquí abandona sus habituales zonas tenebristas y sombrea no con negro, sino oscureciendo los colores de las cosas, de manera que todo es mucho más plástico.

Una obra de enorme valor, y pese a su contención es plenamente arte barroco. Y aunque en apariencia no tenga mucho que ver ni por iconografía ni por composición con la Crucifixión de San Pedro que habían pintado unos años antes Caravaggio, es innegable la influencia del maestro italiano en el monje y pintor español. Sobre todo si nos volvemos a fijar en el realismo que tienen las figuras y sus expresiones, un realismo capaz de darle sentido a una escena de tema tan increíble.