Motilla del Azuer
El arte prehistórico sin duda alguna es el más desconocido de todos. A veces vinculamos ese lejano periodo del pasado únicamente con las pinturas rupestres realizadas en cuevas, cuyos máximos exponentes son los conjuntos de Altamira o de las Grutas de Lascaux. Sin embargo la Prehistoria no se reduce a ese periodo tan antiguo.
No hay que olvidar que la Prehistoria se divide en Paleolítico y Neolítico, y dentro de esta última fase hay una Edad del Hierro y una Edad del Bronce, la más cercanas a las fases históricas, es decir cuando empezamos a tener algún tipo de escritura.
Pues bien a esta última fase de la Edad del Bronce se adscribe este sorprendente monumento prehistórico ubicado en la región de La Mancha, en España. Un monumento que los arqueólogos e historiadores datan en un periodo que va desde el año 2.200 al 1.300 antes de Cristo.
Motilla del Azuer se trata de un ejemplar imponente. Es una especie de fortaleza circular construida en piedra y rodeada del paisaje llano manchego. Allí se podría refugiar la población del entorno, contaban con espacio para almacenes y para guardar los rebaños. Todo ello dispuesto alrededor de una especie de patio central.
Además de un acceso hasta el nivel freático del río Azuer, por lo que tenía garantizado el imprescindible suministro de agua. Algo que lo convierte en la primera estructura de ingeniería hidráulica de la Península Ibérica.
Motilla del Azuer se excavó por completo. Estaba oculta bajo toneladas de tierra formando un montículo en mitad de la llanura manchega. De hecho en la actualidad al observar esta parte de la meseta del centro de España, se puede observar que entre los grandes campos de cultivo de pronto hay ciertos montículos pueden superar los 10 metros de altura y que se desarrollan a lo largo de circunferencias de unos 50 metros. Unas dimensiones que coinciden con las de este yacimiento. Y lo cierto es que se piensa que bajo muchos de esos montículos, la gran mayoría de ellos ubicados en la provincia de Ciudad Real, tal vez haya lugares semejantes. Por ello se habla de una cultura de las motillas. Sin embargo todavía queda mucho por excavar para conocer más de estos asentamientos primitivios. Lo que sí que parece claro, viendo la complejidad de la construcción de Motilla de Azuer, que tenían unas formas de vida bastante avanzadas, explotando tanto al agricultura como la ganadería, y que tendrían enemigos, ya que el espíritu de estas construcciones sería el de servir de refugio en los momentos de acoso.
No obstante, como en tantas y tantas cosas vinculadas con la Prehistoria, hay mucho de interpretación y pocas son las certezas. Seguramente por eso es un periodo fascinante esa que supone los comienzos de la civilización.