San Apolinar in Casse
La basílica de San Apolinar en Casse es una construcción bizantina situada en la región de Rávena. La obra data de la primera mitad del siglo VI, en torno al 536 D.C., fue mandada construir por orden de Teodorico y financiada por un importante banquero de la época conocido como Julius argentarius quién también intervino en la financiación de la iglesia de San Vital de Rávena. En un primer momento el templo se levantó para ser consagrado al culto arriano, no obstante unos años después se consagró al culto católico por el obispo Agnello.
San Apolinar es, junto a otras iglesias de Rávena como San Vital, uno de los mejores ejemplos constructivos de templos bizantinos. La planta sigue los modelos típicos de arquitectura bizantina, es una planta basilical con tres naves nártex a los pies y cabecera tripartita.
De las tres naves que forman el cuerpo de la iglesia, la central es más ancha y alta que las laterales; es precisamente esta diferencia de alturas lo que permite en la zona superior de la nave central se abra una hilera de vanos a cada uno de los lados para iluminar el interior del templo. La luz que penetra por estos vanos de medio punto recorre el interior del templo otorgando al espacio una sensación de inmaterialidad.
La nave central se separa de las laterales a través de doce columnas de mármol verdoso que se apoyan en una gran basa cuadrada y capitel corintio. Éstas sustentan los arcos de medio punto y un amplio zócalo corrido alterado únicamente por la presencia de los vanos.
La cubrición, típica del estilo bizantino, se lleva a cabo mediante un artesonado de madera.
Al exterior destaca el nártex una construcción de origen paleocristiana que en la arquitectura bizantina desembocó en un elemento mucho más desarrollado el cuadriportico, espacio dedicado primero a albergar a los catecúmenos y a partir del siglo XI utilizado como lugar de reunión. Es precisamente en este espacio donde se desarrolla la decoración más importante de todo el exterior, en él aparecen mármoles e inscripciones así como una ventana tripartita que otorga dinamismo y ligereza a la portada.
Precisamente siguiendo los parámetros artísticos de la arquitectura bizantina el exterior de San Apolinar es basto y austero situando la decoración más importante en el interior. Con todo, la decoración no resulta tan llamativa como la de San Vital; en este templo de Rávena la decoración está casi restringida a la zona de la cabecera y el arco de triunfo que la enmarca.
La decoración es a base de mosaicos. En la zona del arco de triunfo que da acceso al ábside principal aparece la figura de Cristo flanqueada por el tetramorfos, en un registro inferior los Apóstoles representados por doce corderos se sitúan ante unas murallas de harían referencia a las ciudades de Belén e Israel. En una zona inferior del arco aparece San Mateo, los arcángeles Gabriel y Miguel y una figura que no se ha llegado a identificar con exactitud aunque podría tratarse de algún santo.
La decoración del ábside está centrada en un círculo con una cruz en el centro sobre la que aparece la mano de Dios. A los lados aparecen las figuras de Moisés y Elías y en un registro inferior se representa la transfiguración en el Monte Tabor. En un registro inferior aparece el primer obispo de Rávena a quien está dedicado el templo, San Apolinar.