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San Basilio de Moscú

Publicado por Laura Prieto Fernández

La Catedral de San Basilio está ubicada en la famosa Plaza Roja de la ciudad de Moscú. En realidad el verdadero nombre de la construcción es La Catedral de la Intercesión de la Virgen en el Montículo; el templo ortodoxo fue construido entre 1555 y 1561 por encargo del zar Iván IV con el fin de conmemorar su victoria sobre un antiguo estado tártaro.

Para su construcción se eligió un solar que parece ser estaba ocupado por una antigua iglesia no obstante, las fuentes son confusas y no aparece con claridad el nombre de la citada iglesia ni sus características.

Parece ser que en un inicio la catedral iba a ser construida en madera y cuando los trabajos de la catedral ya habían comenzado el zar mandó destruir todo y volver a edificarlo en piedra.

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También los datos en torno a los maestros de obra son confusos, Barma y Postnik se postulan como los principales arquitectos o maestros de obra de esta imponente construcción aunque algunos historiadores parecen pensar que los dos nombres podrían pertenecer a un solo maestro. Al igual que ocurre con muchos otros aspectos en la construcción de la catedral también hay parte de mito y leyendas así tradicionalmente se cuenta que el zar, una vez terminadas las obras, mandó arrancar los ojos de los arquitectos de San Basilio para que nunca pudieran proyectar un edificio mejor que éste.

En un principio la idea del zar era construir seis capillas –una en honor a cada uno de los santo que se celebraban el día de su victoria- comunicadas entre sí, no obstante la construcción de una capilla central hizo que el proyecto terminara configurándose con una planimetría centralizada.

La construcción de San Basilio combina a la perfección las influencias bizantinas que se habían asentado en la región rusa con un nuevo estilo que marcará un punto de inflexión en el arte. Según cuenta la leyenda las cúpulas bulbosas que rematan la construcción tienen su origen en los turbantes de los tártaros derrotados por el ejército del zar.

En 1588 el nuevo zar Fiodor Ivanovich completa la construcción con una nueva capilla situada sobre la tumba de San Basilio, es en este momento cuando la antigua catedral dedicada a la Virgen cambia su nombre por el actual San Basilio.

En la construcción destaca el imponente campanario poligonal que emerge sobre las demás capillas. Al contrario de lo que suele ocurrir con las construcciones bizantinas en San Basilio el exterior predomina sobre el interior que se presenta como un espacio oscuro, estrecho y demasiado complicado; su decoración se basa en pinturas de tema floral realizadas en el siglo XVII.

Al exterior en cambio el aspecto de esta catedral es único y sorprendente: las formas geométricas y poligonales aparecen resaltadas por la bicromía de los materiales destacando sobre todo el aspecto rojizo del ladrillo. La construcción aparece decorada además por las cúpulas de distintos colores y tamaños que, vistas desde la altura se configuran como la Estrella de Salomón (estrella de ocho puntas), uno de los elementos más significativos de la religión ortodoxa.