Catedral de Lima
La Catedral de Lima es uno de los edificios más destacados de América del Sur y sin lugar a dudas el más importante de todos los edificios católicos que se conservan en la capital peruana. Pese a que la construcción ha sido víctima de múltiples terremotos a lo largo de su historia, lo cierto es que aún hoy se pueden conocer los ecos del que fue uno de los edificios más bellos de Perú.
La que se conocería como primera catedral de Lima –que en realidad no era más que una pequeña iglesia o ermita- fue un encargo de Francisco Pizarro, de hecho el propio conquistador fue quien colocó la primera piedra de la construcción en el año 1535. Para su ubicación el español escogió el mismo lugar que ocupaba un primitivo oratorio indígena y el palacio del príncipe Sinchi Puma. El edificio fue dedicado a Nuestra Señora de la Asunción e inaugurado en 1540, sin embargo tan sólo doce años después Lima contaba con un nuevo edificio que hacía las veces de Catedral y que finalmente también resultó ser demasiado modesto para el creciente número de fieles.
Fue una tercera iglesia inaugurada en 1598 por el obispo Santo Toribio de Mogrovejo la que finalmente se perfilaría como el punto de partida de la actual catedral su inauguración se dilató durante más de noventa años, algo inaudito para el vertiginoso ritmo en el que se llevaban a cabo las construcciones en el denominado como Nuevo Mundo y cuya causa fueron los múltiples terremotos que asolaban el territorio y que más de una vez derrumbaron parte de los avances de la catedral. Para su construcción se optó por una planta de salón inspirada en la catedral de Sevilla con cinco naves, una que actuaba como nave central más ancha que las demás, dos laterales y las otras dos destinadas a múltiples capillas privadas.
En cuanto a su clasificación estilística debemos destacar que la conocida catedral representa la evolución artística que los españoles impusieron tras su llegada, si bien en las trazas más primitivas de la construcción se puede apreciar los ecos del gótico tardío la catedral plasma tanto elementos constructivos renacentistas y platerescos como una decoración inspirada en las formas barrocas mientras que las torres de la fachada responden a su vez, al estilismo neoclasicista.
En el sistema de cubrición se optó por las bóvedas de crucería con múltiples nervios que se entrecruzan pero que fueron levantadas en madera y yeso con el fin de aliviar el peso de los muros y evitar el derrumbe en caso de terremoto.
La Catedral de Lima cuneta con la primera fachada de tipo retablo levantada en todo el virreinato, en ella encontramos tres calles con calles con tres accesos al templo de los cuales el central se conoce como la Puerta del Perdón y es el más antiguo de toda la Catedral. Sin embargo ésta portada principal no es el único punto de acceso al interior del templo, la catedral cuenta con más de siete puerta de entrada siendo la construcción cristiana con más accesos de Perú.