San Isidoro de León. Arquitectura
Sobre la antigua iglesia de San Juan Bautista de León, que era análoga a la de San Juan de Valdediós, y que todavía era de estilo asturiano, se elevó el Panteón Real dedicado ya a San Isidoro; la reina Doña Sancha esposa de Fernando I, lo amplía en los primeros años del s. XI, construyendo por la parte de los pies un pórtico de tres naves cubiertas con bóvedas de arista, columnas o pilares cruciformes con medias columnas adosadas cuyos capiteles historiados delatan ya la presencia del nuevo estilo románico. Sobre la parte del pórtico, a los pies del pórtico y del templo, se encuentra una tribuna. Fernando I tomó posesión del reino de León en el 1037, y a partir de este momento, gracias a las buenas relaciones que mantiene con la abadía de Cluny (a la que envía importantes donaciones), se produce una intensificación del Románico en el Reino de Castilla y León, que se consolidará con sus descendientes, coincidiendo con el auge de las peregrinaciones y la importancia que el Camino de Santiago adquiere a nivel comercial, cultural y de transmisión artística. Esta iglesia, consagrada en 1063, se dedicó a San Isidoro, cuyas reliquias fueron traídas desde Sevilla.
Como el anterior templo resultaba pequeño para el cada vez más pujante reino cristiano debido a los avances de la reconquista, Doña Urraca, hija de Doña Sancha hace construir en el último tercio del siglo XI, el actual templo de San Isidoro que es una obra ya plenamente románica y, además de autor conocido, el maestro Pedro Deustamben, que fue enterrado en el templo con grandes honores en reconocimiento a su trabajo.
El actual edificio dispone de tres naves separadas por pilares cruciformes, la nave central está cubierta con bóveda de cañón reforzada por fajones y, las laterales, más bajas con bóvedas de arista, tiene un crucero de una sola nave que sobresale en planta. Su dibujo nos recuerda a otras iglesia del Camino de Santiago, como la de San Martín de Frómista (Palencia), y tiende a la cruz latina. Presenta los ábsides abiertos directamente a la única nave del crucero; el central era mayor que los otros dos (actualmente no se conserva) y son del mismo tipo que los realizados en la catedral de Jaca.
Los arcos de medio punto están muy peraltados, recordando a los de Santa María del Naranco y aparecen doblados, lo cual, además de otros aspectos influirá en la catedral de Santiago. Los torales del crucero, en cambio, cuentan con trasdós de medio punto e intradós polilobulado, de clara influencia hispano- musulmana. Otro elemento de raigambre musulmana que nos encontramos en San Isidoro, lo mismo que en otras iglesias españolas del Camino de Santiago, es la decoración ajedrezada, conocida como “taqueado jaqués” decorando las impostas.
Las columnas son típicamente románicas, con capiteles historiados derivados del tronco piramidal invertido que viene del bizantino. En los capiteles del Panteón real destaca la variedad iconográfica de los mismos, aunque están realizados con una técnica bastante tosca, poseen un vigor expresivo extraordinario. Algunas de las partes más bajas, adosadas a los muros laterales o en la separación de las naves, son de gran calidad.