Yacimiento de Itálica
El conjunto arqueológico de Itálica se encuentra en la ciudad andaluza de Santiponce, a tan solo 7 kilómetros de Sevilla. De hecho, Itálica se considera que es el germen de la actual ciudad sevillana.
Su fundación se remonta al año 206 antes de Cristo, cuando Publio Cornelio Escipión “El Africano” creó en este emplazamiento un gran hospital para albergar los heridos que estaban sufriendo las tropas romanas en su guerra contra Cartago, en la II Guerra Púnica.
Aquel hospital con el tiempo se transformó en la residencia fija de esos primeros heridos, que eran originarios de Italia, de ahí el nombre de lo que sería la ciudad de Itálica, que poco a poco fue ganando en prosperidad y en tamaño. Hasta convertirse en una de las principales ciudades romanas creadas en España, o Hispania, como era conocida entonces.
De hecho, años más tarde aquí nacería uno de los grandes emperadores romanos, Trajano (53 – 117), y también se cree que pudo nacer aquí su hijo adoptivo y heredero del Imperio romano, Adriano (76 -138), si bien él lo negó en sus memorias, aunque es innegable que gran parte de su educación la recibió en Itálica, y sus vínculos con la ciudad fueron muy importantes. De hecho, fue él quien impulsó la construcción de un gran barrio nuevo en la ciudad, la nova urbis, que en la práctica es lo que conforma gran parte del yacimiento arqueológico que es visitable en la actualidad.
Así pues, Itálica tiene dos partes diferenciadas. La vetus urbis, o zona antigua, donde se originó la ciudad a finales del siglo III antes de Cristo, y la nova urbis que impulsó Adriano y que estuvo ocupada prácticamente desde el siglo II hasta el III. Mientras que la zona más antigua se ocupó hasta la llegada de los conquistadores musulmanes en el siglo VIII, y gran parte de lo que fue Itálica hoy en día se guarda bajo la moderna ciudad de Santiponce.
No obstante, hay edificios importantes que se han excavado, come es el caso del Teatro que se construyó en tiempos del emperador Augusto, aunque tuvo varias reformas posteriores. También se puede visitar el famoso Anfiteatro de Itálica, uno de los mayores que se conservan de todo el Imperio.
Esto en cuanto a grandes edificios, pero en Itálica se puede apreciar el urbanismo típico de las colonias romanas. Aquí, en la nova urbis, se ve un entramado urbano concebido a partir de anchas calles empedradas, algunas de ellas con aceras porticadas, y en las que todavía se ve como era el abastecimiento de agua y la red de cloacas.
También se han conservado los vestigios de algunas casas públicas, como las grandes termas, el templo dedicado a Trajano o Traianemum, o varias casas que conservan pavimentos de mosaico, como la Casa de los Pájaros, la de Neptuno o la del Planetario. Y es que en tiempos del Imperio Romano las casas más pudientes y públicas siempre tenían en sus suelos grandes mosaicos, fueran casas urbanas o rurales, como también se pueden ver en la Villa romana de La Malena, en Aragón, al norte de Hispania.