Esclava griega de Hiram Powers
Hiram Powers (1805 – 1873) es el gran escultor neoclásico estadounidense. Un artista que desde su país natal pronto viajó a Italia a empaparse del arte clásico, y acabó triunfando tanto en su tierra de adopción, donde acabó falleciendo, como en su lugar de nacimiento. Y todo ello gracias a obras tan significativas como este mármol titulado Esclava griega que realizó en el año 1845.
Es una obra que fue muy admirada por su excelente trabajo escultórico, pero también porque propuso cierto juego conceptual. Vemos a una mujer completamente desnuda que representa a esa esclava de origen heleno que va a ser entregada a los turcos. Esa representación no era la habitual. En aquel momento las figuras vestidas eran propias de simbolizar a sociedades civilizadas, mientras que se usaban los desnudas para aquellos otros pueblos que no se tenían tan valorados.
Sin embargo aquí Powers invirtió los términos, ya que la cuna de la civilización siempre se ha ubicado en la Grecia Clásica. Y por si fuera poco vemos que mujer lleva una cruz cristiana bajo su mano derecha. Pero ella es la persona desnuda que se va a entregar a unos turcos que simbolizaban barbarie y que tienen otra religión.
El propósito del autor era plasmar el triunfo de la Cristiandad sobre las gentes infieles. Es una esclava griega que se muestra casta, pura, paciente y capaz de soportar su desgracia. Se cuenta que ese mensaje caló tanto, que pese a ser la figura de una mujer desnuda, hubo muchos religiosos que animaron a sus feligreses a contemplar la obra. Algo que pasó sobre todo en su país.
Por otra parte hay que conocer también otro elemento del contexto histórico en el que surgió la obra. Hubo ciertos críticos en Europa que se mostraron molestos con que un artista de Estados Unidos mostrara a una esclava blanca, mientras en su país cada vez surgía un movimiento por la abolición de la esclavitud cada vez más fuerte. Este tipo de ironías y de interpretaciones eran muy habituales entre los círculos culturales, hasta hubo una publicación que publicó de forma satírica esta pregunta: “Tenemos una cautiva griega en piedra muerta, ¿y por qué no una esclava en el estado de Virginia en ébano vivo?”.
En definitiva que el arte siempre va más allá de las formas y de su aspecto estético, siempre tiene una interpretación propia en la época en que se produce. Una interpretación que hay que conocerla para comprender su contexto, pero que puede variar con el paso del tiempo. Este es un buen ejemplo, ya que se trata de una figura técnicamente perfecta, impoluta aunque algo fría en las sensaciones que transmite al espectador de nuestro tiempo.