Formas únicas de continuidad en el espacio, Boccioni
Formas únicas de continuidad en el espacio es el nombre que recibe esta escultura exenta del artista futurista Umberto Boccioni.
El futurismo surgido en Milán de la mano de Filippo Tomasso Marinetti fue uno de los movimientos artísticos de vanguardias desarrollados a principios del siglo XX. En 1909 Marinetti expuso en el Manifiesto de los pintores futuristas los principios estilísticos que definían este movimiento: la atracción por las máquinas, la plasmación del movimiento, la ruptura con la tradición… poco tiempo después varios artistas se adhirieron al movimiento, entre ellos Umberto Boccioni.
Boccioni (1882 – 1916) fue sin duda uno de los mejores representantes de la vanguardia futurista, tras un primer acercamiento a los pintores divisionistas el artista se aferra al futurismo. Sus obras son auténticas expresiones de movimiento y modernidad, combinadas con los rasgos expresionismo que no siempre es fácil de apreciar.
En 1913 el artista realiza una pequeña escultura con materiales tradicionales –yeso- de 111 cm de altura, 89 cm de largo y 40 cm de ancho. La obra fue adquirida en 1952 por Ciccillo Matarazzo y donada años después al Museo de San Paulo, Brasil.
En su escultura Formas únicas de continuidad en el espacio el artista plasma a representación de una figura humana en pleno movimiento, los elementos del cuerpo no son claramente discernibles pero por el contrario se aprecia con precisión la fuerza del viento que golpea la figura, la sensación de inestabilidad y el movimiento. Parece que Boccioni haya fusionado en un solo cuerpo el hombre, los ropajes, el dinamismo y el viento.
Las formas cóncavas y convexas han sustituido el rostro de la singular escultura, los brazos han sido eliminados y pese al rechazo del artista por la escultura clasicista parece ser que en esta ocasión Boccioni ha pretendido una revisión de una de las obras clasicistas por excelencia, la famosísima Victoria de Samotracia. No en vano, en ambas esculturas encontramos la agitación y movimiento producido por el viento pero si en la obra helenista los paños se pliegan y retuercen debido a la fuerza del viento, en la obra futurista hay una fusión total de los elementos.
La velocidad y el dinamismo se combinan en esta modernísima escultura con un nuevo elemento, el tiempo. La modernidad es la clave del futurismo y Boccioni lo mantiene presente en cada una de las obras que realiza.
Tras la muerte del artista su obra adquirió aún más fama y prestigio y Formas únicas de continuidad en el espacio fue fundida en bronce a partir del molado en yeso realizado por Boccioni. Se fundieron cuatro esculturas en total, dos de ellas se encuentran en la ciudad de Nueva York, una en el Museo Metropolitano y otra en el MOMA; otra se encuentra en San Paolo, junto con el yeso original. La última de las esculturas fue fundida por el MAC, no obstante en la actualidad se encuentra en la Tate Gallery de Londres. El yeso original es una de las piezas más apreciadas ya que muchos de las obras de Boccioni fueron destruidas en extrañas circunstancias en una exposición en su Italia natal.