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Salero de marfil de Sierra Leona

Publicado por A. Cerra

Salero de marfil

Pocas veces es objeto de atención el arte de África (como le ocurre en tantos otros ámbitos a este continente). Sin embargo, allí también se han dado a lo largo de la historia manifestaciones artísticas dignas de interés y con una personalidad propia. Y un ejemplo de ello es este salero con tapa realizado entre los años 1490 y 1530 en Sierra Leona, y que en la actualidad es patrimonio del Museo Nacional Prehistórico y Etnográfico de Roma, en Italia.

Se trata de una pieza de tamaño reducido, 43 centímetros de altura, y realizada con marfil.

En este material y con esta procedencia de Sierra Leona han llegado hasta nuestros días como un centenar de objetos tallados entre los siglos XV y XVI. Unos objetos decorativos pero que también eran funcionales ya que se trata de copas, salero o cucharas.

En la decoración que aparece se denota la influencia occidental que por entonces ya había llegado a estas tierras africanas. De hecho, esta pieza se cataloga como propia de la llamada Cultura Sapi-portuguesa. Si a eso le sumamos, que realmente no hay una tradición en la actualidad, ni en los últimos siglos de trabajar el marfil siguiendo este estilo y estos usos, se piensa que en realidad, saleros como este, se realizarían por encargo directo de los colonizadores lusos, dando ellos mismos sus ideas a los artesanos locales acostumbrados a trabajar el material.

De todo ese conjunto, el salero con tapa que aquí vemos es una de las piezas más sobresalientes y delicadas. Una pieza que llama la atención no solo por la calidad de su talla, sino sobre todo por la sofisticación a la hora de plantear la consecución de distintas formas y volúmenes a lo largo de la pieza.

Su base tiene forma cilíndrica y es hueca, y sobre ella aparecen, o más bien se asientan, cuatro figuras masculinas y femeninas de bulto redondo, que su vez quedan enmarcadas por otros elementos de carácter arquitectónico que sirven de soporte a la parte superior. Son como unos pilares verticales y curvos, pero cuya superficie también está tallada, ya que se pueden distinguir los bajorrelieves de unos cocodrilos. Es como si el artesano, más bien artista, hubiera sabido jugar ya con la idea de lo macizo y lo hueco, algo que en la escultura occidental, tardaría varios siglos en llegar aún.

Y sobre ello está el recipiente del salero propiamente dicho y su tapa que forman una especie de esfera, toda ella decorada en su superficie. Si bien lo más llamativo son las figuras de la parte superior, donde se representa una especie de ejecución, viendo las cabezas de varios hombres que estarían enterrados virtualmente en sal.

En definitiva, esta pieza de Sierra Leona es una grandísima obra de arte.