Arte indio (I parte)
La India siempre ha sido un lugar rodeado de misterio y exotismo para la cultura occidental que ha llamado poderosamente nuestra atención, no en vano, este territorio fue el primero en Oriente al que los griegos llegaron gracias a las conquistas de Alejandro Magno y por el que sintieron una gran atracción. A menudo solemos destacar que el arte es una forma de expresión de la sociedad que lo engendra, así pues el arte indio es un fiel reflejo de una sociedad multicultural, influida por diversos pueblos y lo que es más, diversas religiones –budismo, cristianismo, islam…- que dejaron su impronta en las artes plásticas.
Según los expertos en el siglo III a.C. aparecerían una cultura en la zona del valle del Indo que llegaba a ser tan antigua como la mismísima Mesopotamia, ya en estas fechas tan antiguas encontramos una sociedad bien estructurada y bastante adelantada a su tiempo. En la zona de la India el clima monzónico hace que la vegetación crezca exuberante desbordando al ser humano, un hecho que influyó en el arte de esta cultura ya que en su concepción artística no cabe la idea de supeditar el elemento natural como hacía el arte occidental, más bien todo lo contrario; el arte de la india se encuentra íntimamente ligado al elemento natural y supeditado a éste. En su iconografía se hace referencia a múltiples elementos naturales: el sol, los ríos, la luna… que han adquirido un carácter sagrado y como tal, han sido venerados.
Por otra parte debemos destacar como en cuanto a la temática, la religión o más bien religiones, acaparan la mayoría de las formas de las artes plásticas. El arte ha sido entendido como un vínculo con la divinidad y también con la naturaleza, un medio para trascender a otro mundo. En este sentido, parece lógico pensar que la labor del artista quedase supeditada a su obra, por lo que éste no tendría reconocimiento alguno más allá del suyo propio.
Entre los años 330 y 550 d.C. fue una época de especial importancia para el arte de la cultura india, durante esta etapa se desarrolló en la India el conocido imperio Gupta y aparecieron los Vedas, los textos sagrados de la religión védica, en los que se recogía la representación de lo sagrado que debían seguir los pintores y escultores así como las indicaciones que los arquitectos para levantar templos; de esta manera una nueva iconografía y estética quedó grabada por escrito desarrollando a partir de entonces un estilo unitario y homogéneo.
Quizá, uno de los hechos que más nos llame la atención a la hora de analizar el arte de la cultura india es su expresividad a la hora de representar lo erótico; en el arte occidental, el sexo y el cuerpo desnudo siempre han sido tratados con múltiples tabúes, por el contrario para la cultura el sexo está íntimamente ligado con sus creencias religiosas de modo que la representación de elementos sexuales es una constante en su iconografía como representación de algunas de las principales divinidades hindúes.